Somos convidados al banquete del Senor,
Nuestras delicias son grandes en el campo del Amor.
Cuando el sol empieza a atardecer y ya no brilla más,
Nos cubre la noche con su manto de oscuridad;
Las gallinas van al gallinero y las perdices a sus nidos,
Y todos los animalitos como los hizo Dios.
Oh Papa Dios que armonía tan linda en todo lo que Tú haces. Déjame que me regocije contigo en todos los encantos de la vida. Mañana es un día más que abonamos a la cuenta regresiva del tiempo que nos regala el Senor. Lo que Tu Senor nos des es lo mejor. No te hacemos ningún reclamo ni pedimos cambio de dirección porque lo que Tu, oh Dios, nos ordenas es lo ideal. Otro momento Papacito Dios que vamos a orar al Senor de lo infinito, al Dios de la bondad ¡Qué bueno es todo así en los campos de la eternidad!
Pongámonos alegres llenos de felicidad porque vamos con el Rey al gozo celestial. Somos tus criaturas que alegres te seguimos; llévanos Papa Dios a todo lo divino. No podemos más que rendirnos ante tu presencia pidiendo clemencia y todo lo demás. Cuando el sol de la mañana ya no brille más, entonces brillara para nosotros el sol de la eternidad, CRISTO. Son delirios del Espíritu en todo lo divino a los que sin descansar alegres te seguimos. Papa Dios déjame respirar, pero antes de terminar quiero escribirte uno más y es alabar tu santo Nombre por la eternidad.
Para todos los que me lean este mensaje, reciban un saludo cordial y están cordialmente invitados a la Patria Celestial. El pasaporte es JESUCRISTO.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Noviembre 11, 2007
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