De
nuevo, hola familia y amigos de este Blog!
Te
has preguntado alguna vez, ¿a qué viniste a este planeta tierra? Debes entender
que eres un ser humano y que viniste a perfeccionarte y a cumplir una misión
que Dios te dio que es amar. ¿Sabías que la palabra poema significa hechura o
arte? Tú eres una obra de arte de las manos de Dios (Salmo 139:13-16). Aquí
David da gracias a Dios por haberlo hecho tan maravillosamente complejo y no en
línea de producción ni en cantidades industriales.
Así que Dios no solo te
formó, sino que planeó cada día de tu vida. Eres una combinación de muchos
factores con el fin de que habitaras este planeta sirviendo a Dios y a tus
semejantes.
Así que te creo para una tarea específica con habilidades específicas.
Él nos da asignaciones y nos equipa con lo que necesitamos para poder
cumplirla. Esto es, para que podamos cumplir con la salvación de la humanidad.
Nosotros no podemos escoger nuestros dones, es Él quien los determina y le
encanta la diversidad o variedad. ¿Has pensado cuáles son tus dones o
habilidades? Nosotros debemos descubrirlos y desarrollarlos y lanzarlos al
servicio de Dios y de nuestros hermanos. Recuerda que somos únicos. Tú eres el
único que puedes usarlos pues nadie tiene la forma única que Dios te dio. Él
nos hizo y boto el molde.
Pienso que este mundo fuera muy aburrido si todos
fuéramos iguales. ¿Sabías que es amor? El amor es entrega, verdad, respeto,
generosidad, perdón, tolerancia, fe, admiración. El amor también es ternura,
sencillez, fortaleza, libertad, comprensión, detalles, armonía, confianza y
paciencia. Paso a paso debemos perfeccionar y cultivar todos estos consejos.
Por tanto, sea cual sea el problema, tu amor es la respuesta. Sea cual sea el
dolor, tu amor es la respuesta. Sea cual sea tu crisis, tu amor es la respuesta.
Si quieres que Dios te use debes compartir tus experiencias, pero reconociendo
tus errores y temores porque las personas se animan más cuando les compartes la
manera en que Dios te ayudó en tus debilidades. No debemos ocultar nuestros
problemas pues comunicándolos y compartiéndolos se menguan pues siempre habrá
alguien que intercede por nosotros. Entonces, no escondas tu dolor, úsalo para
ayudar a otros. No olvides que Dios no
trabaja para ti, trabaja contigo. Se humilde y agradecido y permite que el guie
tu vida.
El
máximo ejemplo de servicio lo vemos en Jesús en todo su estilo de vida sobre la
Tierra. El mismo dijo que el “no vino para ser servido, sino para servir, y
para dar su vida en rescate por muchos.”(Marcos 10:45) ¿Le crees a Jesús?
Entonces sigamos sus huellas!
Con
amor,
María Fanny Agudelo
1/10/2019