Mi esposo y yo fuimos criados en familias católicas en Colombia, y desde muy temprana edad nuestros padres nos enseñaron los principios morales fundamentales de la religión católica. Pero en abril del año 1989 fue cuando comprendimos el verdadero concepto de ser cristiano y desde entonces nuestra relación con Dios la hicimos más personal y fue en esa época cuando renacimos de nuevo como hijos de Dios en el cristianismo. Desde entonces comenzamos a escribir. José Joaquín ha escrito reflexiones acerca del amor de Dios y mensajes de esperanza para la humanidad, y yo sabios consejos para todas las familias de la tierra.

Saturday, October 23, 2021

LA VIDA DEL CRISTIANO ES BELLISIMA

 

Todo lo que recibimos del Señor son dulces caricias de amor. A veces las sentimos duritas, pero si son del Señor se nos vuelven dulcecitas. Déjate venir Padre bello, no te detengas porque tus caricias son las que necesitamos. Tú eres tan lindo y tan hermoso que nos sentimos traspasados en el regazo bendito de tu amor. Si, Déjate venir nuestro Rey amado porque necesitamos tu santísima presencia. Señor, para que nos hiciste tan querendones que con nada aparte de tu amor nos contentamos. La vida con el Señor es toda de dulces caricias de amor. Vivir con el Señor es nuestro gran anhelo para que se haga su voluntad en la tierra como en el Cielo. No me gusta hablar de amarguras y dificultades, no lo son si todo lo hacemos en la santa presencia del Señor ¡Si supiéramos hijos donde estamos parados! Tenemos un pie en la vida y el otro en la eternidad. Vale la pena, vale la pena hermanos llevar el corazón en la mano para entregárselo a nuestro amado Dios. Llénanos de gozo con gran dulzura y amor porque Tú eres la majestad divina, nuestro amadísimo Señor. Tú eres la plenitud de nuestra vida y reclamamos ese derecho que tu bondad infinita nos dio. Espíritu Santo enciende los corazones con el fuego de tu amor para acercar almas al divino Señor. Me coloco en tu presencia bendita, no miro sino al Señor, tu presencia es la hermosura ¡que bendición!

Cordialmente,

                José Joaquín Agudelo G

                Junio 1, 2008

NOTA DEL ESCRITOR: A mis amigos que lean este mensaje, como me gustaría que lo hicieran circular en sus bellas amistades. Muchas gracias de antemano.  

MI CUMPLEAÑOS 88

 

Hola familia y amigos.  En esta oportunidad quiero hablarles de mi vejez.  ¿Sabían que la mejor obra maestra de una madre son sus hijos?  Les cuento que hace mucho tiempo le dije a una de mis hijas mayores que ella no me necesitaba, pero que yo si la necesitaba a ella, pues quería que se quedara conmigo.  Gracias a Dios ella está conmigo y sigue luchando con mis achaques y mi vejez.  Ella pide ayuda a sus hermanas/os. Tanto ella como ellos lo hacen con mucho amor, de ese verdadero y fuerte que se necesita para lidiar con ancianos, enfermos y niños.  Pido a Dios que siga bendiciendo a mi maravillosa familia por siempre. Yo pienso que así debe ser nuestra relación con Jesucristo; no nos podemos separar de Él pues caeríamos en grandes problemas. 

Por favor no se les olvide que la gente más feliz no tiene todo lo mejor, sólo hace lo mejor que puede con lo que tiene.  Lo único que nos llevamos de esta vida es la cantidad de amor que fuimos capaces de dar.  La inteligencia no se mide por las palabras que sabes pronunciar, sino por aquellas que no dices para no lastimar.  Ser humilde no significa ser pobre, significa que en escasez y en abundancia eres la misma persona, agradecida, feliz y generosa.  ¿Sabían que la verdad sufre pero nunca muere?  Cuando la situación sea buena, disfrútala; cuando la situación sea mala, transfórmala; pero si no puedes transformarla, transfórmate. 

Súplica de una madre anciana: Hijo llévame al parque, pues aún tengo fuerzas para caminar contigo y no me sentiré vieja; háblame con cariño hijo, no te alteres, los viejitos somos como los niños, nos gusta que nos sonrían sin desaire; festeja mis ocurrencias, no critiques mis locuras, trataré de ser valiente aunque surjan amarguras.  No te alejes de mi lado, no me hables con engaño, tengo aún mi mente clara, los recuerdos son de antaño.  Ven a verme hijo mío con frecuencia, yo no te pido nada, solamente tu presencia para contemplar tu cara.  No me dejes triste y sola y no me lleves a esos lugares, pues los médicos se equivocan, el dolor está en el alma.

Doy gracias a Dios porque me ha permitido ver crecer a mis once hijos, también trece nietos y doce bisnietos.  Gracias Dios mío porque aún puedo ver, escuchar, escribir, y caminar, y valerme por mí misma, pero sobre todo por esta hermosa vida que me ha regalado, pues he sido muy bendecida por Ti Señor. 

Si te encuentras en la vejez, la adultez, la juventud, la adolescencia, o la niñez, sea cual sea la etapa de tu vida presente,  disfrútala con JESUS en el corazón!

Con amor,

                María Fanny Agudelo

                10/20/2021