El corazón alegre hermosea el rostro
Proverbios 15:13a
Hola familia y amigos. Algún
tiempo atrás les había contado el origen del día de las madres. Hoy quiero
repetirlo en pocas palabras ya que estoy segura de que se les ha olvidado, pues
somos olvidadizos. El mismo Jesucristo dice que debemos leer la Biblia todos
los días por causa de nuestra memoria, para que podamos poner en práctica todos
sus mandamientos y todas sus enseñanzas.
En la raíz del día de las madres está de protagonista una noble joven
llamada Anna Jarvis de Filadelfia, USA. Es una tierna historia ya que estando ella muy
joven murió su mamá, un segundo Domingo de Mayo de 1905. Desde ese día decide la joven escribirle a
todas las personalidades influyentes, tales como políticos, maestros, abogados,
líderes comunitarios,
y religiosos,
pidiéndoles ayuda para aprobar una ley que hiciera oficial la celebración del
día de la Madre y que este fuera precisamente el aniversario de la muerte de su
mama. Fue así que esta celebración
comenzó en los Estados Unidos y el decreto lo firmó el presidente Woodrow
Wilson en 1914. Posteriormente otros países fueron siguiendo el ejemplo y por
esto esta celebración llegó a ser mundial.
Ahora les pregunto, ¿qué es lo que se imaginan nuestros hijos cuando
escuchan la palabra madre? ¿Acaso se imaginan una mujer agradable que los
motiva con expresiones cariñosas y disposición alegre? O, por el contrario, ¿verán una mujer
malhumorada con una expresión de contrariedad en su rostro, o tal vez de mirada
furiosa que da temor imaginar lo que los hijos sienten en ese momento? Una simple sonrisa ofrecida constantemente
puede significar un mundo de diferencia en la forma en que nuestros hijos
pueden percibir la vida. No es fácil sonreír
cuando no tenemos ganas de hacerlo en medio de tanta contrariedad, pero como
buenas mamás tenemos que reconocer que una buena sonrisa no es resultado de un
sentimiento agradable, sino un regalo que damos a nuestros hijos y también a
todos alrededor. Cuando regalamos una
sonrisa levantamos el ánimo de todos en derredor y los ayudamos a que logren
terminar contentos el día. Una sonrisa
les dice miles de cosas a nuestros hijos.
El sonreír es algo que podemos decidir hacer, tengamos ganas o no de
hacerlo, pues es una acto de bondad. Así podemos confirmar con el profeta
Nehemías, que el gozo del Señor es nuestra fortaleza (Nehemías 8:10). Precisamente esa es la fuerza que necesitamos
para terminar el día con una sonrisa en el rostro y siempre habrá algo por lo
cual sonreír. No sólo nuestros hijos
sino todos en general necesitamos recibir sonrisas.
Recuerden que para sonreír es necesario tener lleno el corazón del gozo
del Señor, ya que por fuera manifestamos lo que llevamos por dentro. Por eso decimos que los ojos son espejo del
alma. El corazón alegre es remedio para
todo mal, el espíritu triste seca los huesos (Proverbios 17:22). ¿Qué escoges?
¿Sabías cuán grande es el amor de la mamá por sus hijos amándolos más
que a sí misma y queriendo lo mejor para ellos? También las madres traen armonía al hogar y
enseñan a amar con su ternura haciendo que el mundo sea más bello. Las madres
son esposas, hermanas, abuelas, amigas y más. Y quiero terminar diciendo que cuando
la felicidad se comparte, la alegría se contagia, la generosidad se derrama, y
todos alrededor son bendecidos. De esta manera cada día se vuelve maravilloso.
Vale la pena sonreír como un reflejo de tener a JESUCRISTO en el corazón!
¡FELIZ DIA DE LAS MADRES 2021!
Con amor,
María Fanny Agudelo
5/1/2021