Señor, yo quiero ser tu amigo y tú no desprecias las almas que te buscamos. Eres muy atento y delicado con tus criaturas, eres muy educado, y es una delicia el trato contigo ¡Qué bueno es ser amigo tuyo! Tus amistades son bellas, eres la delicia de las almas, eres rico y poderoso y todo lo sabes. Tú pagas bien a los que te sirven y nunca entras en bancarrota. Tus delicias tienen solidez infinita ¡Qué bueno es con Vos Papa Dios! Tú no desprecias a los pobres, eres un rico tesoro y yo estoy loco de dicha. Los pajaritos te cantan melodías, el sol nos alumbra y la naturaleza completa se deleita ¡Que
armonía tan bella le pusiste a todo! Todo luce con primaveras sonrientes y de los manantiales el tierno arrullo. Queremos echar moneditas de amor en la alcancía de Dios. Los momentos de la vida no se pueden perder, entreguémoslos en alabanzas y bendiciones a nuestro amado Rey. Tampoco se pueden pasar sin sentir la presencia de nuestro amado Señor. Sonriamos, sonriamos hermanos porque nos cubre la majestad divina. Te sentimos Papa, te sentimos. Llévanos para Ti porque somos tu propiedad. Tú
eres el dueño bendito de nuestras almas y estamos felices siguiendo tus huellas divinas.
Deseo plasmar los impulsos que Tú me regalas, los impulsos de tu amor en un papel y hacerlos conocer a las almas que te siguen y te seguimos en una fiesta que no termina. Mi gran deseo es que este mensaje sea conocido por muchas almas. Gracias, muchas gracias.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Febrero 24, 2008