Debemos reconocer que algunos padres son tan buenos que superan a
algunas madres. El día del padre se acerca y en casi todo el mundo se celebra
el 17 de Junio; quiero aprovechar esta celebración y compartirles algunos
importantes consejos de cómo ser un buen padre. Mucha parte de esta reflexión
la saque del libro Un Buen Padre
escrito por el colombiano Gonzalo Gallo.
Un buen padre inspira y ayuda a sus hijos a crecer para que así puedan
superar las crisis sin desfallecer. Un buen padre escucha, perdona y pide perdón
todas las veces que sea necesario. También cultiva una buena relación y
comunicación con sus hijos para así estar juntos derribando y construyendo
muros y puentes de entendimiento. Cuando mejoras la comunicación con ellos, también
mejoras las relaciones. Una buena comunicación pide serenidad y un buen animo
conciliador. Si aprendes a comunicarte con ellos con mucho amor, entonces tendrás mucha
felicidad y paz. No olvides que el futuro nunca es incierto, cuando llenamos de
amor el presente. La tolerancia es el sendero hacia la paz; el orgullo es el
sendero hacia el mal. La humildad es el manantial de todos los bienes; al
humilde las puertas se le abren y los caminos se despejan. Amar a nuestros
hijos no es darles todo en la mano, sino ayudarlos a que ellos mismos labren su
futuro y descubran su potencial. Los hijos necesitan sentir que los amamos con
amor incondicional. Muchas veces su rebeldía no es más que una manera de
protestar contra el desamor que los rodea
o contra padres impositivos e incoherentes. Brindemos a nuestros hijos
buenas alternativas para canalizar sus energías. Un hijo esta bien educado si
trabaja en unión con su familia, se esfuerza y aprende a valorar todo lo que
tiene.
Ahora les añado una porción de una carta de un hijo quien escribe a su
padre: Recuerda papa que si no juegas ahora conmigo, cuando lo quieras hacer ya
habré crecido. También quiero decirte que la armonía entre tú y mama me dará
seguridad en la vida y hará de mí un triunfador. Tenga presente siempre que de
tu amor depende mucha parte mi capacidad de amar cuando sea adulto. Papa, yo
soy feliz cuando me llevas dormido a la cama en tus brazos. Lo que aprendo
contigo ahora papa, yo lo recordare toda la vida. Si oramos juntos yo aprenderé
a comunicarme con Dios. El amor y el respeto que demuestras por los semejantes,
será el amor y el respeto que yo les tenga cuando sea adulto. Papa, a mi me
gusta que me tomes en cuenta para ser parte en las decisiones familiares. Papa
te necesito siempre como mi mejor amigo. Te amo.
Querido amigo lector, ayude a crecer a su hijo saludable en el cuerpo,
en la mente, y en el espíritu. Pero esto solo es posible con JESUCRISTO
reinando en el hogar. De esta manera les damos a nuestros hijos confianza y
seguridad para enfrentarse a los desafíos
de la vida.
“…padres, no provoquéis a ira a
vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Efesios 6: 4
Repito, con JESUCRISTO reinando en el hogar tendremos hijos saludables y
útiles a la sociedad. ¿Ya invitaste al Señor a reinar en tu vida y en tu hogar?
Con amor,
María F. Agudelo
06/01/12
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