Una joven china llamada Lee se caso y se tuvo que ir a vivir con la
suegra. Después de algún tiempo ella vio que no se entendía con su suegra. Lee
fue irritándose con los hábitos de su suegra pues esta frecuentemente la
criticaba. Pasado el tiempo ellas más discutían y peleaban verbalmente.
Entonces Lee decidió visitar a un amigo de su padre para pedirle consejo. Este
después de escucharla tomo un paquete de hierbas y le dijo: No deberás usarlas
de una vez para liberarte de tu suegra porque causarías sospechas. Debes darle
varias hierbas a tu suegra, estas irán lentamente envenenándola. Cada dos días pondrás
un poco de estas hierbas en su comida para así tener la certeza de que no
sospecharan de ti. Deberás tener mucho cuidado y actuar muy amigablemente. No
discutas, ayúdala a resolver todos sus problemas. Recuerda siempre seguir todas
mis instrucciones al pie de la letra. Lee decidió aceptar estos consejos. Pasaron
las semanas y cada dos días Lee servia una comida especialmente preparada para
su suegra. También ella controlaba su temperamento y trataba a su suegra como
si fuera su propia madre. Después de 6 meses la casa entera estaba
completamente cambiada, Lee ya no aborrecía a su suegra. Al contrario fue tomándole
cariño y durante esos meses no había tenido ni una sola discusión con ella.
Ahora parecía mucho más fácil de lidiar con ella. Las actitudes de la suegra también
cambiaron y ella empezó a tratar a Lee como a una hija. Un día fue Lee
nuevamente a consultarle a su amigo consejero y pedirle ayuda. Ahora vengo a
contarle que mi suegra se ha transformado en una mujer de carácter agradable.
Yo no deseo que ella muera por mi causa. Por favor déme algo que evite el
veneno acumulado de esas hierbas porque yo la amo como si fuese mi madre. Su
amigo sonrió y le dijo, Lee no tienes que preocuparte porque las hierbas que te
di son comestibles y sirven para mejorar la salud y por lo tanto el carácter.
Realmente el veneno estaba en tu mente y fue echado fuera y sustituido por el
amor que pasaste a darle a tu suegra. No olvides que la persona que ama a los
otros, también será amada.
Yo pienso que Lee tuvo que haber recibido a JESUCRISTO en su corazón y
llenarse del amor de Dios para tratar a su suegra con misericordia. Necesitamos
entregarle el control al Señor si deseamos relaciones sanas.
Recuerda, Todo lo que el hombre
sembrare, eso también cosechara (Gálatas 6:7). El que siembra amor, recoge
amor. ¿Que estas tu sembrando?
Con amor,
María F. Agudelo
06/16/12
Muy buen articulo, como en todas la relaciones, hay que poner amor. Muy sabio el consejero, me divirtio mucho leerlo, querida suegra :)
ReplyDeleteMaggy
Dios, aunque invisible a nuestros ojos,
ReplyDeletenos deja señales en todas partes.
Muy interesante y sabia historia!!!!