Hablo con hijos de hombre y nacidos de mujer como lo soy yo también.
¿Quién te dijo bobito que perdieras el Cielo por un momento de placer o por un acto de orgullo como lo perdió Luzbel?
¿Hermano querido, no te pones muy contento por el don de la vida? Porque mientras vivamos podemos adueñarnos de todas las cosas espirituales que queramos.
Si queremos nos podemos salvar, ya que el Señor nos dio ese derecho y nada ni nadie nos lo puede quitar; por eso yo los llamo bobitos a los que no aprovechan esa feliz oportunidad.
Nos vamos con el Amado y nadie nos lo puede impedir, porque es un derecho que nuestro Señor nos regaló con su muerte y su resurrección.
Desde el madero el Señor a gran precio nos compró y su sangre divina fue nuestro gran valor. Hermano querido no te vayas solito porque tienes un dueño bonito, nuestro amadísimo Señor.
Mira bobito que te puedes salvar si sigues al Señor y te llenas de humildad.
Llamémonos afortunados porque muy pronto formaremos parte de los bienaventurados. Padre, no puedes haber hecho otra cosa más linda que el haberme creado. Hoy existimos y nadie nos puede quitar ese derecho de sentarnos a tu lado.
Mira amigo querido que tú tienes un alma inmortal y nadie más que tú mismo la puedes salvar si tu alma entregas al precioso salvador.
Como te agradezco Padre Dios que me hayas creado; si no me hubieras creado, hoy yo sería nada como nada es nada. Pero por tu creación tan bella que hiciste, hoy puedo alabar con ella como hacen los ángeles de Dios.
Me siento bien por lo que conmigo hiciste. Superaste todas las marcas al regalarme la salvación. Estoy encantado de vos Papa. ¿Cómo es eso tan bonito de poderme sentar a tu lado por toda la eternidad?
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Octubre 24, 2008
NOTA DEL ESCRITOR: A todos los que leen este mensaje les ruego que se gocen conmigo alabando al Señor!