Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS.
Mateo 27:37
Hola familia y amigos. Les cuento que encontré en mi archivo esta historia tan bonita y verdadera que no quiero dejar pasar la semana santa 2021 sin compartirla. Recuerden que el año pasado 2020 debido a la pandemia no pudimos celebrar la semana santa como ha sido la costumbre. Dios quiera que este año 2021 sea diferente. Pero si no, lo que Dios hace es lo mejor, pues Él siempre quiere lo mejor para sus hijos.
Hace muchos años vivía en la antigua ciudad de Dusseldorf un artista de nombre Stenburg; aunque él era religioso conocía muy poco o nada de Jesucristo y la razón de por qué había nacido en Belén hace un poco más de dos mil años.
Tampoco pensaba mucho en la salvación del alma, pero sí se ocupaba de pintar un gran cuadro de la crucifixión de Cristo. Él no se preocupaba por dinero o por fama, sino que le gustaba mucho el tema. La bondad y la misericordia de Dios le fueron llevando a conocer el maravilloso amor del salvador como resultado de su propia obra artística. En una mañana hermosa de primavera Stenburg buscaba recrearse en el bosque cerca de su ciudad; de pronto se encontró una hermosa niña, inteligente y joven. Fue así como el pintor negocio con ella para venir tres días a la semana para posar como modelo en su estudio. A la hora señalada llegó Pepita y sus grandes ojos comenzaron a mirar los cuadros, y el más grande era una escena de la crucifixión de Jesús.
Este cuadro fue el que le llamo más la atención a la joven quedando asombrada y comenzó a preguntarle sobre el significado de esta pintura. Stenburg se limitó a contestarle secamente. ¿Es el Cristo?, preguntó la joven. Le preguntaba si había sido un hombre muy malo. Él le contestó que había sido un hombre bueno. Pepita siguió: ¿qué es lo que están haciendo con él? Están crucificándole, contestó el artista. ¿Quiénes son estos de corazón tan duro? El artista molesto le dijo que no le preguntara más, pero viendo la ansiedad de la chica por saber la historia decidió contarle todo lo de la cruz. Los ojos de Pepita se llenaron de lágrimas y no pudo controlar su profunda emoción.
La última
visita de la joven había llegado.
Tú, amigo lector ¿has visto a Jesucristo crucificado colgado entre el cielo y la tierra sufriendo el castigo de Dios por tus pecados?
Es cierto, El murió por tus pecados, pero tú tienes que arrepentirte de ellos y aceptarle como tu Salvador personal. Ábrele tu corazón y permítele darte el perdón de los pecados, la vida eterna y una vida para gozar con tu familia en esta tierra.¡FELIZ Y BENDECIDA SEMANA SANTA 2021!
Con amor,
María Fanny Agudelo
3/10/2021
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