Hay que hablar de Dios, pero con ganas hablar de Dios;
Yo tengo que alabar a Papa Dios y no encuentro otro camino sino el Señor;
En una forma sincera de amor queremos ser completitos para la gloria de Dios;
Todo lo que nos espera Padre mío con delicia y candor, no puede ser otra cosa que la mansión de amor.
Las almas que a Ti nos consagramos nos sentimos felices de ir con el Amado;
Tu hermano querido donde quieras que te encuentres, eres toda una hermosura si vamos yendo con el Señor;
Dentro de tu corazón bendito deseamos vivir, no nos niegues esa dicha nuestro amadísimo salvador;
Las delicias del Cielo nadie las podrá imaginar, porque una dicha tan grande solo el Señor puede haber dado.
Estos pensamientos son gloriosos si vamos con el Amado, porque en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en la patria celestial donde todo es bondad;
Te damos gracias Señor por ese Cielo que nos tienes preparado que nada ni nadie nos lo podrá quitar; esa fue tu hermosa y bella voluntad. Nosotros postrados ante tu presencia divina en acción de gracias y amor, no sabemos cómo agradecer tu inmensa bondad;
Yo no sé decir más si pudiera te diría bonito, pero como no me quedo quietecito. Llévame Padre porque en Ti no hay engaño, mira que somos una manada de las ovejas de tu rebaño.
No quiero cansarlos más, en el Cielo nos encontramos porque somos todos ovejitas de tu rebaño.
Gracias Padre Celestial porque no olvidas a tus criaturas que te amamos. Hasta la próxima.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Junio 13, 2008