Hoy es otro día que nos regala el Señor. Miremos lo lindo que brilla el sol. Sería bueno que comprendiéramos donde estamos parados y lo que nos espera al llegar al otro lado. La vida que no termina y que con el Señor todo lo habremos ganado.
Somos los peregrinos que vamos hacia Dios. Por favor Señor quítanos la miopía de nuestros ojos espirituales para contemplar tu hermosura desde los rincones siderales. Somos las almas que vamos con el Señor y por nada nos rendimos y por nada te cambiamos nuestro divino salvador.
No le pongas límites al amor que me regalas, déjalo que se extienda por los lugares celestiales. Déjame reunir con grupos de ángeles y querubines para adorar a nuestro Rey en los campos celestiales.
En un ensueño de amor te entrego hoy mi corazón para mañana contemplar más de cerca la gloria de Dios.
Acéptame Padre tal como soy porque construcción de tus manos benditas soy. En un estado de ternura te quiero contemplar y en tu regazo bendito por toda la eternidad.
Papacito Dios permíteme pasar por el mundo predicando a las almas el Reino de Dios. Tú conoces los pensamientos que salen del corazón para convidar a mis hermanos que vayamos al Señor. Mientras estemos en el mundo regálanos la gracia de hacer apostolado y no
quedarnos callados. Seria perder un tiempo precioso que nos regala el Señor para ir con multitudes de hermanos a esa mansión de amor.
Regálanos, oh Dios, tu Santo Espíritu, no te pedimos más; o sea la fragancia del amor divino en los campos del Señor.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Mayo 9, 2008
NOTA DEL ESCRITOR: Este mensaje es para que lo leas y lo vivas en gran profundo amor al Señor JESUCRISTO. Y también me gustaría que lo hicieras conocer de tus bellas amistades.