No hay otro camino, no lo hay. Cuando uno tiene una novia bastante hermosa, enamorados le decimos piropitos de amor, pero mucho más que el amor a una novia te amamos a Ti Señor. El sol de la mañana radiante nos alumbra, pero más que el sol de la mañana nos alumbra el sol de la eternidad. Las dificultades de la vida siempre las vamos a recibir porque ellas nos conducen a un dichoso porvenir. Soy un pasajero más en los campos del Señor y todos esos viajes los hacemos para la gloria de Dios. Los ensueños de nuestra vida son melodías de amor, los
recogemos completicos para entregárselos al Señor. Un día más en nuestra vida es motivo de preocupación porque es un día menos para encontrarnos con el Señor. Pero mejor que preocupación es un encanto y alegría en los caminos benditos de Dios. Si empezamos el día en oración todo lo que hagamos durante el día es una tremenda bendición. Con inmensa alegría nos inclinamos ante el Señor de la gloria para implorar de El su infinita misericordia. Que no fuera por ese Cielo que nos tienes prometido, qué sentido
tendría vivir esta vida. Tu amistad se llama Cielo y eso no lo podemos dudar; nos vamos con el Señor a la mansión celestial. Esto es lo que te puedo decir mi divino salvador porque son palabras salidas del corazón. Tenemos algo más para decirte Padre, que no nos vayas a largar porque si tú nos largas a donde vamos a parar. Nos vamos con vos Señor y nadie nos lo puede prohibir porque Tu eres el camino y nuestro dichoso porvenir.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G
Marzo 8, 2008
NOTA DEL ESCRITOR: Para todos los que me leen este mensaje, les doy un saludo cordialísimo y el consejo más bello para que no dejemos nunca al Señor.