Démonos cuenta de los derechos que tenemos mientras vivimos. Podemos hacer nuestra la vida y la eternidad. Todo lo que nos venga en gana lo podemos hacer, pero nosotros escogemos vivir al lado del Señor y lo que queramos hacer durante la vida nadie lo puede tachar. Podemos hacer castillos hermosos para el más allá. Permíteme Padre que me postre ante tu presencia divina y te pida la salvación. No más que eso es lo que quiero para marchar allá. Pero olvidaba que tengo muchos hermanos en la Tierra que también necesitan tu bendición, no los dejes coleados porque también son almas redimidas con la sangre de JESUCRISTO.
La naturaleza toda experimenta tremenda bendición cuando celebran las festividades del niño de Belén. Las almas todas se postran ante el enviado del Cielo y nosotros nos gozamos con las hermosuras del Señor. Terminamos la carrera con ansia de salvación, para que nos vayamos todos para el Cielo en una gran procesión. Alla llegaremos, nos lo revela el Senor, cantándole al Rey hermosas canciones de amor. Esperemos que ese momento llegue y entonces comprenderemos que no es fácil de explicar. Pero llega porque llega, porque es una tremenda realidad.
Vámonos, vámonos para el Cielo y no nos dejemos engañar, porque el demonio es muy astuto y nos quiere llevar engañados al infierno por una eternidad. Derrotémosle, derrotémosle porque en el Nombre de JESUS lo mandamos a su lugar, que no puede ser otro donde el padece por una eternidad. Pero hablemos solamente de la gloria donde vamos a llegar, donde no nos cambiaremos por nadie porque es la máxima felicidad.
Quisiera haber dicho más, pero mis capacidades no me lo permitieron. Terminemos con lo poco que se pudo hacer, que la meta principal es avivar la fe y no más y no más. Me gustaría que hablaran todos de las cosas del Señor y se contaran unos a otros la belleza de Dios.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Diciembre 26, 2007