Hola familia y amigos. Hoy quiero recordarles que hace tres o cuatro años les hablé de tema de la regla de oro. Hoy quiero hablarles del mismo tema ya que es importante y bonito. Pero quiero hablarles la regla de oro desde la perspectiva bíblica de cómo debemos tratarnos unos a otros.
En la Sagrada Biblia en Mateo 7:12 dice: “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
Introduzcamos el tema hablando un poco de la FE.
Esta es muy necesaria para poder practicar la Regla de Oro. Tenemos que ser personas de mucha fe si queremos tener bonitos logros sin lamentarnos ni mirar hacia atrás; la preocupación mira siempre alrededor, pero la fe mira siempre hacia arriba. La fe es acción nunca actividad pasiva. El mundo dice: ‘Ver para creer’; la fe dice: ‘Creer para luego ver’. La gran plaga moderna es la duda. La verdadera fe es la que se rehúsa a creer nada que sea contrario a la Palabra de Dios. Así que no mires las circunstancias ni condiciones, sino las promesas de Dios. Procurar siempre la UNIDAD en medio del hogar, en la familia, y en la iglesia, es señal de la presencia de Dios y por lo tanto de sus bendiciones (Salmo 133).
Ahora quiero recordarles la regla de oro que años atrás les había comentado. Esta la exprese a través de importantes temas en las relaciones interpersonales. Comencé con la puntualidad ya que es el alma de la cortesía. La puntualidad significa orden, respeto, responsabilidad y actitud positiva. La puntualidad es oro y más que oro. Tú puedes saber cuánto dinero tienes, pero no puedes saber cuánto tiempo de vida te queda. La vida nos enseña a aprovechar el tiempo y el tiempo nos enseña a aprovechar la vida. No se te olvide que
el tiempo con los seres queridos no se compra con dinero. Felices quienes los tienen y saben disfrutarlos, aprovecharlos y valorarlos, pues es el mejor proyecto y regalo de Dios. Así que perdónense, tolérense, respétense y ámense, dejen de pelear por tonterías y más bien agradezcan a Dios por la familia. Les cuento que el agradecimiento es el principio de la abundancia, así que agradece por estar vivo, por tu salud y por tu familia ¿A quién?, a Dios.
Practiquemos la Regla de Oro y disfrutemos de nuestros seres queridos.
Con amor,
María Fanny Agudelo
09/20/2024
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