Mi esposo y yo fuimos criados en familias católicas en Colombia, y desde muy temprana edad nuestros padres nos enseñaron los principios morales fundamentales de la religión católica. Pero en abril del año 1989 fue cuando comprendimos el verdadero concepto de ser cristiano y desde entonces nuestra relación con Dios la hicimos más personal y fue en esa época cuando renacimos de nuevo como hijos de Dios en el cristianismo. Desde entonces comenzamos a escribir. José Joaquín ha escrito reflexiones acerca del amor de Dios y mensajes de esperanza para la humanidad, y yo sabios consejos para todas las familias de la tierra.

Tuesday, November 20, 2012

EDAD MAYOR

Mi esposo escribió este pensamiento hace un poco mas de 15 años, en Septiembre, 2 de 1997 y el día 24 de Octubre de 2012 a las 10:30 a.m. se cumplió su deseo

“Hoy es un día muy hermoso, todos los días son hermosos
  Cada día que pasa es hermoso, hasta que llegue el día más
  Hermoso de todos, mi encuentro con tigo Papa Dios.”
                                                                 José Joaquín Agudelo

Queridos amigos del Blog y familia, no dudo  un momento de que todos están enterados de la pena tan honda en que me encuentro por la falta de mi amado esposo.  A veces yo siento como si me hubiesen arrancado algo de mi ser y hubiere quedado sangrando. La partida de él me ha dejado mucho dolor a pesar de que sé que el esta gozoso en el Cielo. Pero hoy quiero dejar a un lado mi tristeza y compartirles algunos apartes de un escrito de Darlene Sala y por supuesto mis consejos.
Cuando tenemos miedo o sentimos desaliento, ¡qué consuelo es tener un familiar o un amigo que comparta tiempo con nosotros y nos de palabras de aliento! Pero cuanto mas reconfortable es que no sea alguien meramente humano, sino el Dios todopoderoso que nos ama tanto y quien esta con nosotros en los momentos mas difíciles. A veces podemos sentir desaliento o miedo y entonces nos sentimos solos, pero como hijos de Dios jamás lo estamos. El siempre esta con nosotros sin importar cuan feroz sea la batalla. Tenga presente siempre que El no nos abandonara. Recuerde amigo que hay 3 etapas en nuestra vida sin contar la niñez: 1. La juventud. 2. Edad media o adultez. 3 La vejez. Esta última nos asusta; algunos la llaman años dorados. Es en la vejez donde nos sentimos algunas veces con dolor, debilidad, falta de memoria, los ojos ya no nos ayudan mucho y van apareciendo diversos achaques. Todo esto no es fácil de llevar estando solos. Además vemos como se van yendo hacia la eternidad nuestros cónyuges, hermanos y amigos. Que bueno es saber que Dios no nos utiliza solo cuando somos productivos para luego olvidarse de nosotros. Nuestro valor a sus ojos no disminuye con la edad, ya que el cuerpo de Cristo (la Iglesia) lo conformamos todos los creyentes y los miembros del cuerpo que parecen ser más débiles son los más necesarios.
“Ojala pudiéramos vivir siempre todos juntos en una misma casa”, decía un niño cuando se preparaba para partir de la casa de sus abuelos a la suya. ¿Por qué no podemos vivir todos juntos? Se preguntaba el niño. Para él era el mejor arreglo: Toda su familia extendida viviendo juntos en una misma casa. Este niño se adelanto un poco a los tiempos. Un día haremos exactamente eso. Un día ya no nos tendremos que decir adiós porque todos nos mudaremos juntos a la gran casa de Dios por los siglos de los siglos.
Yo reconozco que aun siendo creyentes sufrimos la perdida de nuestros seres queridos aun sabiendo que los volveremos a ver. Yo reconozco que a mi me esta pasando esto y que mi corazón esta destrozado por la partida de mi amado esposo. Pero el Espíritu Santo me consuela cuando leo la Biblia en primera de Tesalonicenses 4:13-18 diciendo: No os entristezcáis por los que ya duermen en la paz del Señor. Sus cuerpos renovados se levantaran de las tumbas y se unirán otra vez con sus almas. Entonces aquellos de nosotros que estemos vivos cuando JESUCRISTO vuelva, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para así recibir a nuestro Señor en el aire. La mas grande reunión familiar que jamás existió se acerca y es exactamente lo que Dios ha planificado para nosotros. Volveremos a estar juntos, pero esta vez junto al Señor cara a cara. Allí no habrá penas, dolor, sufrimientos, lágrimas, despedidas, etc. Así que alentémonos unos a otros con estas palabras de esperanza.
Yo doy gracias a Dios por todos los seres queridos que me han rodeado en estos días de duelo. Su apoyo incondicional, palabras de animo, lecturas bíblicas con promesas del Señor, y llorar juntamente conmigo me han hecho sentir cada vez mejor. Repito, yo doy gracias a Dios por el apoyo de todos mis hijos e hijas, pero en especial por mi hija Consuelo que privando a su esposo y a su hijo de su presencia, permaneció conmigo en los días más críticos y dolorosos que yo haya podido sentir. El Señor ha de recompensarla y bendecirla juntamente con su hogar.
En medio de este duelo yo he aprendido a poner la confianza en JESUCRISTO quien me consuela y me da paz, ¿podrás tu hacer lo mismo en medio de cualquier tribulación que tengas que enfrentar?

Con amor,
                        María F. Agudelo
                        11/16///12   

4 comments:

  1. Yo soy las manos de mis abuelos y mi padre, las lagrimas de mi madre
    Soy la suma de todas las personas que han tocado de alguna forma mi vida
    Y lo mas importante Soy la esencia y la prolongación de la vida de mi fallecido padre que fue sembrado en la tierra mas no enterrado y cuyos frutos se ven por todos lados.
    Alonso.

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    1. mi mas sentido pesame por tu perdida estamos contigo en tu dolor cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo siempre

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  2. Muy lindo su escrito doña Fanny, en sus palabras hay dolor y esperanza
    Se puede sentir muy dichosa de que tuvo a todos sus hijos juntos en esos momentos
    de tanto dolor.

    Un abrazo

    Maggy

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  3. Yo soy las manos de mis abuelos y mi padre, las lagrimas de mi madre
    Soy la suma de todas las personas que han tocado de alguna forma mi vida
    Y lo mas importante Soy la esencia y la prolongación de la vida de mi fallecido padre que fue sembrado en la tierra mas no enterrado y cuyos frutos se ven por todos lados.
    Alonso.

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