Estamos en tu santa presencia oh Señor con muchos anhelos
infinitos. Papa Dios guárdanos como la niña de tus ojos y cúbrenos con la
majestad divina de tu amor. ¿Habrá una dicha más grande que el saber que el
Cielo nos corresponde y que nada ni nadie nos podrán arrebatar esta posesión
divina? No la podemos cambiar por todo el oro del mundo, en realidad es una
riqueza sin límites y tiene un valor infinito.
¿De donde sacaste esa idea tan
bella como es de llenar el Cielo con almas puras que Tú preparaste desde la
eternidad?
¿Cómo se te ocurrió eso tan bonito de que hubiera seres semejantes a
los ángeles en tu compañía celestial?
¿De donde sacaste tan bella idea de
crearme a mí y a todos los que te seguimos con gran locura de amor, que no nos
aguantamos y como locos marchamos por el mundo, desesperados para alcanzar las
delicias del Señor? Aleluya, aleluya Señor, ya te agarramos Papa y no te
largamos hasta que nos lleves allá.
Ese negocito de arriba donde Tú estas, lo
aceptamos con alegría porque es un bello regalo que Tú nos das. Así lo
consideramos porque es una hermosura donde Tu nos vas a llevar.
Cordialmente,
José
Joaquín Agudelo
Agosto
17, 2006
Nota del escritor: Amigos anónimos, como te
agradecería que lo compartieras con tus bellas amistades. Muchas gracias por tu
diligencia.
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