Si
eres amigo de Dios no tendrás nada que temer. El siempre estará listo para
aceptar tus manifestaciones de amor y El se pone muy contento, y toda la corte
Celestial con El, cuando nosotros mientras vivimos podemos dar un revolcón a la
misericordia divina. Nosotros para seguirlo a Él no necesitamos mucho estudio,
sino mucho amor. ¡Qué es eso tan lindo Papa que
nos tienes un Cielo preparado
para llevarnos allá! Ah Papa, nunca nos imaginaríamos que desde ya pertenecemos al grupo de los
bienaventurados que no hacen otra cosa que alabar al Señor. La fe es un
poderoso gigante que nos conduce a fuentes tranquilas de amor y esto es una
tremenda realidad. ¿Estás tú ejercitando la fe en esta dimensión?
Para
terminar Papacito Dios, déjate amar por tus criaturas, déjate amar Papa. Recibe
mi amor siempre. Muchas gracias Papa.
José Joaquín
Agudelo G.
Agosto 4, 2010
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