Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro; y se llamara su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 9: 6
Todos
sabemos que Dios se humanó precisamente para pagar por nuestra deuda y
enseñarnos a amar. Con la alegría y características de estas fechas se embriaga
el ambiente con canticos, luces y comidas tradicionales, los encuentros
familiares, vacaciones y todas las cosas que durante el año estuvimos esperando
y que parece florecerán en este mes, especialmente el amanecer del 25 de
diciembre. Todas las personas de diferentes nacionalidades y culturas se
contagian con este sentimiento; cristianos y no cristianos se unen en esta
fecha tan especial.
Muchos no son conscientes de la razón para festejar pues
radica en algo tan pequeño y a la vez tan inmensamente grande para toda la
humanidad. Un bebe que con su
nacimiento dividió la historia en dos: antes de Cristo y después de Cristo. Esa
es la razón por la que está bien decir! Feliz
Navidad! ya que festejamos el nacimiento de nuestro salvador. El termino !Felices Fiestas! esta acuñando a
algunos que se preocupan por la grave falta en que se ha convertido el nombrar
a Dios en este país de mayoría cristina y formado por inmigrantes que buscan
perseverar en su fe; este es uno de los tantos ganchos que tratan de acabar con
esta tradición para convertirla en algo secular.
Ahora
sí. ¿Para qué sirve el amor? El amor sirve para eso, para amar, le dijo un
maestro a su alumno cuando caminaban por el jardín y se escuchaba el rumor del riachuelo.
El amor es como la fuente de este río, continua diciendo el maestro, y si la
tratas bien, la proteges, no arrojas basuras en ella, reconoces que es un
regalo de vida entregado por Dios y te nutres de su fuerza sin intentar desviar
su curso, limitar su recorrido, permitir que siga siendo libre, entonces la
fuente siempre estará allí entregando amor. La fuente no vendrá con violencia y
arrasará su cauce; será siempre delicada y justa; en el momento bañará lo
necesario. Así que, si cuidas la fuente del río, ella siempre entregará su
regalo de vida. El amor es así, siempre entregará amor si cumples esas reglas
básicas. Pero... ¿para qué sirve el amor? Volvió a preguntar el alumno.
El amor es la conexión suprema con el Padre celestial. Allí en ese estado más
puro, la bondad aparece, la solidaridad es cotidiana, la ternura es el
lenguaje, siempre nos motiva la felicidad ajena más que la propia, somos
felices con la dicha del otro. En ese estado reconocemos el alma del otro y
aprendemos a mirar por encima de la apariencia.
En amor, las arrugas del tiempo son la suma de cariño acumulado en compañía; el lento caminar, es la paciencia de de los años siendo esposos; sus carnes blancas están templadas con la constancia de la entrega. Así notamos que en el amor no hay fin. Entonces me preguntas, ¿para que sirve el amor? El amor sirve para eso, para conectarnos con Christ. Entonces recuerda: En estos tiempos navideños no deberia haber pobreza, preocupaciones, dolor, tampoco orfandad, ya que Jesucristo vive en nosotros y con nosotros y El nos da su victoria. Navidad es amar sin condición. Navidad es dar sin recordar. Navidad es recibir sin olvidar. Navidad es gastar menos y amar más.
En amor, las arrugas del tiempo son la suma de cariño acumulado en compañía; el lento caminar, es la paciencia de de los años siendo esposos; sus carnes blancas están templadas con la constancia de la entrega. Así notamos que en el amor no hay fin. Entonces me preguntas, ¿para que sirve el amor? El amor sirve para eso, para conectarnos con Christ. Entonces recuerda: En estos tiempos navideños no deberia haber pobreza, preocupaciones, dolor, tampoco orfandad, ya que Jesucristo vive en nosotros y con nosotros y El nos da su victoria. Navidad es amar sin condición. Navidad es dar sin recordar. Navidad es recibir sin olvidar. Navidad es gastar menos y amar más.
Aprovecha esta NAVIDAD para ORAR y repetir conmigo esta oración de fe:
Padre Celestial, yo creo en el sacrificio perfecto que
hiciste en la cruz a favor de la humanidad. Yo sé que soy pecador(a); perdóname
todos mis pecados. Lávame con tu sangre preciosa. Hazme una nueva criatura.
Yo te acepto en mi corazón como mi Señor y Salvador personal
porque sé que moriste en la cruz por mí para liberarme de la esclavitud del
pecado. Y yo también se que resucitaste de entre los muertos y que ahora estás
en el Cielo. Por favor escribe mi nombre en el Libro de la VIDA para que pueda estar
en el Cielo contigo por siempre. Y pido todo esto en tu santísimo nombre, oh
Señor Jesucristo, Amén."
Con
amor,
María Fanny Agudelo
12/12/15
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