Hola familia y queridos amigos del Blog, hoy quiero
compartirles un análisis muy contundente y verdadero que hizo Daniel Scarone en
su libro “Asalto a la Mente” de la famosa empresa televisiva del mundo.
Pero tenga en cuenta: este mensaje va principalmente para las personas que tienen
como habito la televisión, es decir que permanecen largas horas en el día y/o en
la noche frente a la pantalla; y también va para los que son padres o tutores y
necesitan proteger sus seres queridos.
El
análisis comienza así:
Los medios masivos distorsionan nuestra percepción del
mundo, proporcionando un efecto ilusorio que nos distrae de la realidad y
desvía la atención de los verdaderos problemas que debemos afrontar. El
escritor Sumner Redstone dijo: Sin contenido, la televisión con todos sus
canales, cables, y cadenas de videos, no tendrá sentido alguno ya que ésta
trabaja con imágenes; y lo peor de todo es que las entrega ya elaboradas. Al no
mediar el razonamiento, la
televisión ejerce un tremendo dominio
sobre el espíritu del televidente; esto sucede cada vez que se absorbe mensajes
de cualquier índole por medios pasivos y sin participación alguna. En cambio
por medio de la lectura, pensamos, elaboramos, imaginamos y dialogamos.
Así
que, ante la televisión estamos indefensos porque sólo absorbemos mensajes; por
esto no es exagerado decir que entre más televisión vemos, más tontos nos
volvemos.
La televisión sólo propone una cultura homogénea que no respeta
ninguna edad, ya que en la mayoría de los programas se destaca una especie de
desprecio por el entendimiento y por el conocimiento serio y riguroso; más bien
se dedican a ensalzar el lenguaje vulgar y comportamientos ridículos. Es
difícil ver en la televisión un modelo educativo e íntegro que podamos admirar
e imitar. Muchos pensamientos y actos que consideramos espontáneos y propios de
nuestra personalidad, son sólo respuestas a la formación programada en este
medio, que llegó hasta nuestro subconsciente sin que nos diéramos cuenta. Esta
manipulación mental contribuye a una grave amenaza para nuestra seguridad,
nuestra familia, nuestra fe, nuestros valores espirituales y morales. Por
tanto, no debemos entrar en el juego de esa institución ya que lo único que
hacen es vender mentiras. Dios creó las personas y las colocó en un mundo real,
les dio la facultad de imaginación para que pensaran en un mundo mejor. En la
mente se encuentra toda nuestra herencia cultural y voluntad, ya que de allí
fluyen los pensamientos que determinan nuestra conducta. Alguien dijo, es una
ley del espíritu humano, que el espíritu humano se asemeja a lo que contempla;
así que permitamos que el Espíritu santo sea quien ilumine y guie nuestros
pensamientos. Es importante sembrar hoy ya que los niños de hoy serán los
ciudadanos del mañana.
Ellos serán los responsables de aportar buena dosis de
criterio y sabiduría para solucionar los problemas que acechan a nuestra
sociedad. No olviden que el Dios que nos creó, se complace en vernos elegir
bien. Paradójicamente este universo cultural que nos envuelve ha paralizado en
nosotros las iniciativas ordenadas por Dios, pues nos ha hecho espectadores dentro de un mundo legado
por Dios para que lo cultivemos. Así que es el mundo el que debe recibir
nuestra influencia, y no nosotros del mundo; esa es la razón del
empobrecimiento cultural que nos rodea. Todos los cristianos debemos entender
que sojuzgar la tierra y señorearla implica el cuidado del medio, no de la
destrucción, o sea cultivar los dones que tenemos ya que somos sal de la
tierra. También tenemos la responsabilidad de re-cultivar una cultura que ha
perdido los nutrientes y la savia de la vida. Lo genuino del creyente se manifiesta
a través del compromiso ya que sus ideales no son del mundo, sino que él transmite
al mundo nuevas ideas sustentadas en la Palabra de Dios. Esa responsabilidad
hace que su pureza y lo genuino de sus actos se manifiesten en la forma
que transmite su convicción. El creyente es consciente del libre
albedrio; esto determina la conducta de cada ser humano. El creyente nunca
puede ser manipulador ni tampoco debe dejarse manipular, más bien debe ser el
libertador de toda persona que sufre esclavitud; así será la sal de la tierra y
luz para alumbrar el mundo. No olviden que conocer la verdad es conocer a CRISTO y permanecer en Cristo. Conocer a Cristo
es mantener una relación permanentemente con Él.
Yo
también quiero aplicar este mensaje para todo tipo de pantallas: Computadoras,
celulares, tabletas, IPod, Ipad, Androids, play stations, etc. Cualquiera sea
la pantalla, si esta te cautiva largas horas, estas cayendo en la trampa de sus
comerciantes y tu vida está siendo encadenada lentamente sin darte cuenta. Por
favor usemos bien la tecnología del siglo 21 para nuestro beneficio y no para
nuestra destrucción. Usémosla para la gloria de Dios!
María
Fanny Agudelo
01/15/16
www.holdingheaven.blogspot.com