En
la Tierra todo se puede hacer siguiendo las reglas del Señor. Esto produce una
paz tremenda obedeciendo a Dios. Nosotros en la Tierra no tenemos capacidades
de hablar más, pero cuando estemos allá en el Cielo nos llenaras al igual que a
los ángeles que te cantan a Ti mi divino Señor; y nosotros por siempre te cantaremos en las mansiones de Dios. Tú
decides que me das porque en tus mansiones divinas desde ya yo quiero estar. El
hablar y el pensamiento son el termómetro del Espíritu Santo. ¿La hermosura del
Señor a que se comparara si ojo no vio ni oído oyó lo que hay allá? Si
aceptamos al Señor como nuestro salvador, no podríamos hacer otra cosa mejor.
Todo día más de vida es una gran bendición porque es una oportunidad de prender
fiestas en el Cielo y poner a los ángeles a bailar.
Estos son atributos que
nuestro Dios nos da. Bendito seas Papá, no queremos apartarnos ni a la derecha
ni a la izquierda porque Tú eres nuestro dueño divino y no te cambiamos por
nada ni por nadie Papá lindo. Queremos viajar en tu santa presencia hasta que
lleguemos allá.
Me
postro ante tu presencia divina de amor con todo el corazón y las ansias de
amor que tú Señor me das. Hermanos muy queridos del mundo, hagan ustedes lo
mismo para que después de la muerte todos nos gocemos en los brazos de Papá
Dios.
Si
yo pudiera expresar la espiritualidad, los sentimientos, y las emociones que Tú
me das, oh Dios, no sé qué pasaría, pero es mucha dicha sentirme tan cerca al Señor.
No me quiero alargar mas, ¡Pero como quisiera que tu sintieras lo mismo que yo!
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Febrero 21, 2010
Nota
del Escritor: Si esto te agrada, me pondría muy feliz. Por favor, traspasa esta
felicidad que también traspasa al mas allá.
Si
yo pudiera expresar la espiritualidad, los sentimientos, y las emociones que Tú
me das, oh Dios, no sé qué pasaría, pero es mucha dicha sentirme tan cerca al Señor.
No me quiero alargar mas, ¡Pero como quisiera que tu sintieras lo mismo que yo!
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