Nos
vamos con Papa Dios y no encontramos otro refugio sino en el Señor. Y podemos
irnos para donde queramos, esa libertad nos la dio Papa Dios; es por eso que
nuestros anhelos en el Señor son cumplidos.
Si
elegimos un mal camino el infierno es doloroso, pero nuestro Padre respeta esa
dolorosa decisión. Y si elegimos el Cielo, nuestro Padre se pone muy contento y
nos arranca hasta la mano para llevarnos allá. En realidad, El ya hizo todo lo
necesario para llevarnos allá: El dio a su Hijo para sufrir la pena de muerte
por nuestros pecados, nuestra maldad,
y nuestras fallas.
El
quiere que todos nos salvemos para gozarse con nosotros en su Mansión Celestial.
Lo que soy yo, me quiero salvar e irme con los que pueda a su regazo bendito de
amor.
No perdamos el tiempo porque tiene mucho
valor. Vivamos en oración porque el tiempo vale mucho y si lo perdemos nos
puede pesar. ¿Cómo puede ser posible quedarnos callados cobijados por ese amor
lindo de Papa Dios? Si no lo hacemos nosotros las piedras hablarían. ¡Qué es
eso tan lindo que si te damos nuestro corazón nos vamos contigo Papa por
siempre!
Podría
hablar otro poquito, pero por hoy ya no más. Con esto me quiero despedir. Vayan
ustedes con Dios.
Cordialmente, José Joaquín Agudelo
Enero
16, 2010