Yo
soy muy feliz hermano y amigo, pero quiero que te goces conmigo en los campos
benditos del Señor. Nos vamos con Vos Papa Dios y nada ni nadie nos podrá
arrebatar ese derecho que nos diste desde antes de nacer. Recibamos el regalo
que el Señor nos dio colgado del madero en tremenda situación de dolor. Si tú
lo quieres despreciar, yo no; le arranco hasta su mano divina con el corazón.
No
voy alargarme más, pero Tú conoces las intenciones de mi corazón; haz un
ramillete de almas grandísimo para que nos vamos con Vos Papacito Dios.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo
Agosto 21, 2009
NOTA
DEL ESCRITOR: Hermano querido, si te agrada lo que acabas de leer, favor
compartirlo con tus bellas amistades. Muchas gracias.
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