Hermano
y amigo querido, llénate de gloria ofreciéndote minuto por minuto al Señor.
Obrar en la santa presencia de Dios es una rica mina de salvación. La gloria sea
para nuestro Padre celestial en el poderoso nombre de Jesucristo con la fuerza
del Espíritu Santo.
Aclamaciones para un Dios tres veces Santo. Los cielos y la tierra cantan tu gloria. Somos obra de tus planes divinos de amor y eso nos llena de contento. No ceso de balbucear palabritas hasta que en Ti descansemos, Oh Señor. Llévanos completos y no dejes nada nuestro Rey bendito. Tu eres nuestro Dios, nuestra propiedad y nada ni nadie nos puede quitar ese derecho. No hay negocio más grande que la salvación de nuestras almas, no lo hay, y no lo hay. Y no la podemos perder porque el Señor al precio de su sangre divina nos compro.
Bendito
seas Padre, tu criatura te quiere alabar, tu criatura te quiere bendecir y
mientras estemos disfrutando de la vida, no descansar. Gracias Padre bendito
del Cielo porque nos tienes preparado un reposo eterno que nada ni nadie nos lo
podrá arrebatar. Queremos al Señor de la gloria seguir con todo el corazón sin
desmayar y con El nos queremos ir, nos queremos ir…
Para
todos los que están leyendo este mensaje les entrego mi corazón para que nos
vayamos todos junticos a la presencia de Dios. El Señor los bendiga a todos y
hasta la próxima.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Junio 28, 2009
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