La gloria sin fin se
llama Cielo donde está el Señor y no puede llevar otro nombre porque nos
quedaríamos cortos delante de Dios. El santo nombre de Dios sea bendito en toda
la creación. Soy tu criatura que te busco oh Señor, pero quiero llevarme muchas
almas a la santa presencia de Dios. Así viejo, adolescente, joven, o adulto,
escoge irte con el Señor porque no hay
otro camino, no lo hay. Yo estoy ansioso por contemplar tu rostro de amor puro como el resplandor. Los días de la
vida parecen no pasar, del deseo de llegar pronto a esa feliz eternidad. Las hermosuras
del Cielo quien las podrá imaginar! (1Corintios 2:9). Llévanos Papa Dios a esa
Patria Celestial. No tenemos más que dos caminos para seguir: Con el Señor a la
mansión de amor, o con el maligno a un infierno de horror.
Estamos en el tiempo preciso para hacer lo que queramos, ¿qué escoges tú? Parece imposible encontrar un terco que prefiera el suplicio eterno. Esa gracia hay que pedírsela al Señor que nunca nos la va a negar porque Él nos ama y cuida como a la niña de sus ojos y esto es una completa realidad; por eso nos rendimos ante su presencia divina desde ya y por la eternidad.
Estamos en el tiempo preciso para hacer lo que queramos, ¿qué escoges tú? Parece imposible encontrar un terco que prefiera el suplicio eterno. Esa gracia hay que pedírsela al Señor que nunca nos la va a negar porque Él nos ama y cuida como a la niña de sus ojos y esto es una completa realidad; por eso nos rendimos ante su presencia divina desde ya y por la eternidad.
Es tan bueno vivir en
la santa presencia de Dios que no se siente la vida y todo es gozo y paz!
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Abril 24, 2009
NOTA DEL ESCRITOR: Si
este mensaje no te desagrada, me gustaría que lo compartieras con otras
personas. Muchas gracias.