“Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo
recibiréis.” Mateo 21:22
Hola familia y amigos. ¿Sabían que la oración no es repetir algunas
frases bonitas que otro escribió? Más bien es una conversación con Dios que
sale del corazón y del alma. Todos dependemos de la oración. Dios puede hacer
lo que Él quiera, pero se ha propuesto obrar a través de nosotros los cristianos
por medio de la oración, ya que con ella pueden suceder grandes cosas. Jesús
dijo que si tienes fe como un grano de mostaza puedes trasladar montañas (Mateo
17:20). Se puede obtener lo que pedimos según la fe que tengamos y lo esencial
no es una oración larga, sino el grado de fe con que oramos. Cuando se cree de verdad, la oración es
escuchada por Dios. En cierta ocasión
Dios dijo que en Israel estaban ocurriendo cosas muy malas porque no había
alguno que se esforzara por invocar a Él (Isaías 64:7). Algunas veces el Señor deja que todo dependa
de la forma en que le pedimos por medio de la oración, y si lo invocamos a medias recibimos
a medias la respuesta. Él también
dijo que si me buscaréis y me hallaréis,
es porque me buscáis de todo corazón (Jeremías 29:13).
Cuando nos decidimos a orar más y a clamar más
en el nombre de Jesucristo, de inmediato se ven los resultados, pues el
Espíritu Santo se pone en acción y empiezan a suceder cosas grandes. Tenga claro que El siempre responde cuando
nos esforzamos para invocarlo de todo corazón. Su respuesta puede ser: “Si”,
“No”, “Espera.” Jesús nunca falla y a Él le importa tu vida por eso ora y pide
fuerzas para cada día y si las cosas no salen como esperamos, no te preocupes
porque están saliendo como Dios quiere.
Mi esposo decía: ‘Dios siempre escucha la oración humilde’.
La oración no solo es hablar
o pedir a Dios, también es escuchar al Señor porque de lo contrario sería solo
un monólogo. La oración trae sanación, relación con Dios, paz, progreso, y
bendición. La oración es una muestra de que somos hijos de Dios y que hemos
nacido de nuevo.
¿Sabían que para orar o conversar
con Dios no necesitamos intermediarios?
Tales como ángeles, arcángeles, secretarios, asistentes, santos, o
cualquier ídolo. La oración es una cita privada con nuestro Creador, y lo mejor
de todo es que El mismo se encarga de dárnosla a cualquier hora que estemos
dispuestos a hablar con El de todo corazón.
Como dice una canción, “Dulce
oración a Dios que aliento y gozo al alma das en esta tierra de aflicción,
consuelo siempre nos serás hasta el momento en que veremos a Cristo en su
mansión.” Mientras estemos en la Tierra acudamos a Dios en oración y derramemos
nuestro corazón a Él mientras vamos a su mansión.
No olvides que cuando oras,
Dios te escucha. Cuando tú escuchas,
Dios te habla. Cuando Él te habla, tú crees. Y cuando tú crees Dios trabaja en
tu vida. Vale la pena creer para obedecer.
Nuestra mayor necesidad no
es obtener algo mejor de lo que tenemos, sino convertirnos en alguien mejor de
lo que somos, así recuerda que la presencia de Dios es remedio para el alma.
Búscalo con más frecuencia!
Con amor,
María
Fanny Agudelo
7/4/2020