Mi esposo y yo fuimos criados en familias católicas en Colombia, y desde muy temprana edad nuestros padres nos enseñaron los principios morales fundamentales de la religión católica. Pero en abril del año 1989 fue cuando comprendimos el verdadero concepto de ser cristiano y desde entonces nuestra relación con Dios la hicimos más personal y fue en esa época cuando renacimos de nuevo como hijos de Dios en el cristianismo. Desde entonces comenzamos a escribir. José Joaquín ha escrito reflexiones acerca del amor de Dios y mensajes de esperanza para la humanidad, y yo sabios consejos para todas las familias de la tierra.

Friday, April 16, 2021

LOS HIJOS DE LUZ

 

“… y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.”

Lucas 16:8

Por un lado, mientras estemos en el mundo no podemos confiarnos totalmente de nadie; el demonio acecha y resultan muchos leales a Satanás. Los hijos de luz no podemos estar totalmente confiados en este mundo de tinieblas porque a la hora menos pensada resultamos metidos en camisa de once varas y caemos en crisis. Por ejemplo nos pagan algo con cheques hechos en chequeras robadas los cuales no tienen ningún valor, o nos traicionan, o nos mienten, o nos difaman, o nos estafan, y no sé cuántas cosas más inventan para realizar las fechorías. Por eso nosotros los hijos de la luz no podemos ser tan ingenuos y confiarnos totalmente de nadie.


Pero por otro lado si hay una manera extraordinariamente linda en la  cual podemos funcionar sin mayores cuidados, y es relacionándonos con la gente que es verdaderamente de Dios, ellos son hijos de luz que siempre buscan hacernos bien. Por eso debemos involucrarnos con grupos de gente que andan en santidad bendiciendo y alabando al Señor. Esto es algo parecido a lo que nos ocurrirá cuando estemos en el Cielo en los brazos de nuestro Padre Dios. Allá no hay ladrones, ni borrachos, ni estafadores, ni nadie que nos

amargue la vida porque es el Cielo bello donde no hay dolor. Si tú te quieres quedar coleado hazlo tú, pero yo me voy con el Amado a una vida mejor. Las bellezas del Cielo nadie las puede imaginar y es por eso que tenemos tanto deseo que nos lleves allá. Pero no solos, con un gran ejercito de bienaventurados te

queremos alabar. Papa Dios, somos muchas las almas que te seguimos con todo el corazón. ¡Y cuando será ese día que nos veamos las caras en los brazos de nuestro Padre Dios! Son grandes anhelos de amor para que el número que vayamos a tu santísima presencia sea tan grande como lo desea mi corazón. Muchas gracias te damos tus criaturas redimidas Papa Dios. AMEN. 

Cordialmente,

                        José Joaquín Agudelo G.

                        Agosto 9, 2008

NOTA DEL ESCRITOR: Hago una invitación cordial a los que leen este mensaje para que lo hagan conocer de sus bellas amistades. Muchas gracias de antemano.          

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