LA GLORIA DE DIOS

 

Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría

Salmos 19:1-2

Todo lo que podamos contemplar con nuestra mirada y hasta donde abarque nuestros pensamientos son hermosuras de su gloria y su magnificencia; y todos sabemos que es nuestro Padre amado y que Él nos quiere compartir su omnipotencia y se goza con sus criaturas

¡Gracias Papa Dios! Sigamos hablando de las legiones celestiales que hoy solo existen en nuestra mente, pero mañana serán una tremenda verdad. Las puertas del Cielo permanecen abiertas para todo el que quiera por ellas entrar; lo único que tenemos que hacer es recibir a JESUS en nuestros corazones lo cual nos lleva a  cumplir sus mandamientos y hacer su voluntad. Lo que Papa Dios hace es tan lindo que en los sufrimientos parecemos gozar. No hay duda que su amistad divina cubre toda nuestra vida. Los gozos con el Señor no hay manera de explicar, son un deleite de dicha que no tiene igual. Los cielos y la tierra cuentan Su gloria!

Para todos los que hoy existimos les quiero recordar que terminada la vida, donde quedamos, quedamos y nadie nos podrá sacar porque es el lugar que cada uno de nosotros quisimos elegir durante la vida que el Señor nos dio. Situación inmodificable seria esta, pero si vamos con el Señor, Él nos dará una tremenda seguridad. Mira terco, terquito, tercazo, algún día lo dije, pero hoy lo repito, si no te salvas es porque no quieres y más bien dejas que el demonio te lleve a ese infierno de terror donde el fuego no se apaga y el tiempo no termina. Tontos, tonticos, a ustedes no los sigo y siempre, siempre seguiré al Señor. Al Señor que tiene un Cielo para llevarme, que en belleza no tiene igual, y me encantaría ir con multitudes que nadie podría contar. Señor, regálame esa dicha para quererte mucho más.

Terco, terquito, tercazo, como es que te dejas llevar al infierno pudiendo aplastar al demonio con una oración y frente a JESUCRISTO este sale despavorido y a la luz del Espíritu Santo el no vuelve a intentar desviar las almas que van con el Señor. Pero si le das un espaldarazo al Señor, eso sí sería mortal. Con el Señor tenemos que hilar muy delgadito como si ya estuviéramos allá. Compartamos esto hermanos para ver que resulta de los bellos impulsos de nuestro corazón. AMEN.

Cordialmente,

                        José Joaquín Agudelo G

                        Agosto 8, 2008

NOTA DEL ESCRITOR: Me gustaría que si no te desagrada, lo compartieras con tus bellas amistades, porque qué bueno que esto le diera la vuelta al mundo!