No hay negocio igual. Este tiene sabor de eternidad en pleno gozo y paz. Padre Celestial regálanos una humilde alegría y llénanos de regocijo del que Tú das. Nos vamos Papa Dios para ese Cielo que nos tienes preparado. En el nombre del Señor JESUS que con su sangre preciosísima lavo todas nuestras culpas, hoy somos invitados al banquete de su amor. Me atrevo a gozarme con tus delicias y mirar desde la vida esa eterna realidad; complacencia sentimos con esa celestial amistad en compañía de ángeles y querubines rodeamos todos a nuestro Padre Dios. Las delicias del Cielo nadie las podrá explicar, ni el apóstol Pablo cuando lo llevo el Señor allá. Pero sabemos que el Cielo es nuestra morada eterna según los designios benditos de Dios. Corramos o no corramos allá vamos a llegar todos aquellos que seguimos a JESUS. Esto es una dicha que no perdonamos porque ya nos la regalo el Señor.
Explotemos la rica mina del amor de Dios que viaja por el mundo convirtiendo las almas que no conocen al Señor. Los que se queden coleados es porque no quieren aceptar la invitación al banquete que el Señor nos da. Me da pesar de esas criaturas que desprecian la bondad de Papa Dios y dejan gustosos que se los lleve el demonio para el infierno de horror. Tienes que saber que a todos los que creen en JESUS, se les dio potestad de ser hijos de Dios y entre estos, todos los que quieran pueden ser amigos de Dios. Él nos espera con los brazos abiertos para recibirnos allá. Si tú quieres haces prender una fiesta en el Cielo por tu conversión. ¿No te parece esto muy bueno? Hazlo porque está al alcance de tus manos. Por eso Señor deseo hacer apostolado mientras nos tengas en el mundo para que nos recibas allá. Únanse hermanos a esta grande labor.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Febrero 10, 2008
NOTA DEL ESCRITOR: Hermano, si este mensaje te agrado, hazlo conocer de tus amistades porque queremos ser muchos los discípulos del Señor.
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