Hoy amados lectores quiero hablarles acerca de la perseverancia. Nunca claudiques, nunca te rindas, nunca te des por vencido, nunca tires la toalla, nunca es tarde para empezar y nunca te quedes caído, levántate! Estos son mis consejos para que los practiquemos constantemente y en especial esta semana. Yo se que algunos de mis lectores están pasando por situaciones de desanimo, pero este mensaje les ha llegado a tiempo. A mi también me llego una hermosa reflexión anónima acerca de la perseverancia y me sensibilizo muchísimo. Hoy quiero compartirla con todos ustedes.
Un día estaba tan desanimada y deprimida que decidí darme por vencida. Entonces fui al bosque para tener una charla a solas con Dios. Señor le dije, ¿Podrás darme una buena razón para no darme por vencida? Su respuesta fue impactante. Me dijo mira a tu alrededor y observa el helecho y el bambú. Cuando sembré las semillas de ellos, las cuide dándoles luz y agua. El helecho rápidamente creció y lucia con un hermoso verde brillante. Pero de la semilla del bambú nada salio, sin embargo no renuncie al bambú. En el segundo año el helecho creció más abundante y brillante, pero de la semilla del bambú nada broto y yo no renuncie al bambú. En el tercer año el helecho se ponía mas hermoso, pero el bambú nada que brotaba y yo no renuncie a el. En el cuarto año tampoco nada salio de la semilla del bambú y yo aun no renuncie. Luego al quinto año por fin un pequeño brote salio de la semillita. Este brotecito era insignificante en comparación con el hermoso helecho. Pasados 6 meses en ese quinto año, el bambú creció más de cien pies de altura. ¿Por qué? Porque 5 años se la había pasado echando raíces que lo hicieran más fuerte para poder vivir. No le doy a nadie un reto o una carga que no puedan llevar, dijo el Señor. ¿Sabias que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces al igual que el bambú? Nunca renunciare a ti! Nunca te compares con otros, dijo el Señor. Con el bambú yo tengo un propósito diferente al del helecho, pero ambas son necesarias para hermosear el bosque. Contigo tengo propósitos diferentes. Tu tiempo vendrá, dijo el Señor, en que crecerás muy alto, pero primero debes echar buenas raíces. Ahora estas precisamente en ese tiempo cuando no ves nada y no ves resultados, pero YO estoy ahí. ¡Suficiente Señor!, le dije y caí al piso en llanto y en acción de gracias. Dios me había dado una grande lección usando dos plantas. ¡Gracias Señor!
Espero que esta reflexión pueda ayudarte a entender que Dios nunca renunciara a ti, Dios nunca te ha abandonado. En los momentos más difíciles es cuando mas cerca esta, aun cuando tú no lo percibas. Nunca te aburras de ningún día en tu vida. Los buenos tiempos te dan felicidad. Los días malos te dan experiencias. Ambos tiempos son esenciales para crecer. La felicidad te mantiene dulce y las tribulaciones te mantienen humilde. Las caídas te mantienen humano y los desafíos te mantienen fuerte. El éxito te mantiene brillante y los fracasos te mantienen sensible. Pero solo Dios te sostiene caminando y creciendo en este recorrido de la vida. Sin el Señor JESUCRISTO la vida es un fracaso. Apégate a El!
Con amor,
María F. Agudelo
02/10/12
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