Sigamos las rutas del Señor porque no hay otro camino,
no lo hay, no lo hay. Cuando uno tiene una novia bastante delicada le lanzamos
piropitos de amor; cuánto más que a una novia te amamos a Ti Señor! El sol de
la mañana radiante nos alumbra, pero más que el sol de la mañana nos alumbra el
sol de la eternidad.
Las dificultades de la vida siempre las vamos a recibir porque ellas nos conducen a un dichoso porvenir. Soy un pasajero más en los campos del Señor y todos esos viajes los hacemos para la gloria de Dios. Los ensueños de nuestra vida son melodías de amor, los recogemos completicos para entregárselos al Señor. Un día más en nuestra vida es motivo de preocupación porque es un día menos para encontrarnos con el Señor. Pero mejor que preocupación ellos son también encanto y alegría en los caminos benditos de Dios. Si empezamos el día en oración, todo lo que hagamos durante el día es una tremenda bendición. Con inmensa alegría nos inclinamos ante el Señor de la gloria para implorar de El su infinita misericordia. Que no fuera por ese Cielo que nos tienes prometido qué sentido tendría vivir en esta vida. Tu amistad se llama Cielo y eso no lo podemos dudar, nos vamos con el Señor a la mansión Celestial. Esto es lo que te puedo decir mi Divino Salvador porque son palabras salidas del corazón. Tenemos algo que decirte Padre, que no nos vayas a largar porque si Tu nos largas a donde vamos a parar.
Nos vamos con Vos Señor y nadie nos lo puede prohibir porque Tú eres el camino y nuestro dichoso porvenir.
Las dificultades de la vida siempre las vamos a recibir porque ellas nos conducen a un dichoso porvenir. Soy un pasajero más en los campos del Señor y todos esos viajes los hacemos para la gloria de Dios. Los ensueños de nuestra vida son melodías de amor, los recogemos completicos para entregárselos al Señor. Un día más en nuestra vida es motivo de preocupación porque es un día menos para encontrarnos con el Señor. Pero mejor que preocupación ellos son también encanto y alegría en los caminos benditos de Dios. Si empezamos el día en oración, todo lo que hagamos durante el día es una tremenda bendición. Con inmensa alegría nos inclinamos ante el Señor de la gloria para implorar de El su infinita misericordia. Que no fuera por ese Cielo que nos tienes prometido qué sentido tendría vivir en esta vida. Tu amistad se llama Cielo y eso no lo podemos dudar, nos vamos con el Señor a la mansión Celestial. Esto es lo que te puedo decir mi Divino Salvador porque son palabras salidas del corazón. Tenemos algo que decirte Padre, que no nos vayas a largar porque si Tu nos largas a donde vamos a parar.
Nos vamos con Vos Señor y nadie nos lo puede prohibir porque Tú eres el camino y nuestro dichoso porvenir.
Cordialmente,
José
Joaquín Agudelo G.
Marzo
8, 2008
NOTA DEL ESCRITOR: Para todos los que me lean este
mensaje, les doy un saludo cordialísimo y el consejo más bello para que no
dejemos al Señor.
NOTA DE LA EDITORA: Para todos los que están leyendo
este mensaje, les digo que el saludo del escritor es ahora enviado desde el
Cielo y está esperando allá a quienes siguen su consejo. Realmente José Joaquín
fue un cristiano ENTERAMENTE santificado por Dios y para Dios en esta Tierra; sus
frutos y sus obras lo demostraron. Y ahora por favor observa el reflejo del amor
a Dios y la sintonía con el Espíritu Santo a través de este mensaje. No cabe
duda que fue un hombre consagrado al Señor y que camino con El. ¡Qué ejemplo!
Esto nos enseña que sí es posible
llegar al nivel maximo de santidad en esta Tierra.
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