Salmo 91, El que habita al abrigo de Dios
Este fue uno de los canticos favoritos de mi esposo;
Escúchame buen Señor. La claridad del sol nos alumbra, el amor de Dios nos enternece y todo día es radiante claridad. El Señor nos ama y si nosotros nos dejamos amar por El, nuestra vida será una dicha, y una radiante claridad.
Las
dificultades de nuestra vida no las sentiremos y las penas que soportamos no
las sentimos si te llevamos dentro de nuestro corazón. Tú con nosotros OH Dios
todo es felicidad; llévanos Señor Amado, llévanos, no nos dejes. Te queremos
tanto mi Dios, Tú eres todo para mí. Gracias Señor por esa paz que nos regalas
en todos los momentos de la vida. Sabemos que Tú nos necesitas para salvar
almas y nosotros te respondemos que esta es nuestra mayor preocupación: los
perdidos.
Pero esperamos mi buen Señor que Tu nos regales hermosas aptitudes
porque en tu Palabra dices que en el Cielo hay mas fiesta por un pecador que se
arrepiente de sus malos caminos que por 99 justos que no necesitan de
arrepentimiento. yo quiero que haya muchas
fiestas en el Cielo. Úsame Señor para este propósito! Este fue uno de los canticos favoritos de mi esposo;
Escúchame buen Señor. La claridad del sol nos alumbra, el amor de Dios nos enternece y todo día es radiante claridad. El Señor nos ama y si nosotros nos dejamos amar por El, nuestra vida será una dicha, y una radiante claridad.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo
Enero 22/2000Palabras de Victor Jara, Chile;
Ahí, debajo de
la tierra,
no estas dormido, hermano, compañero.
Tu corazón oye brotar la primavera
que, como tú, soplando irán los vientos.
Ahí sembrado cara al sol,
la nueva tierra cubre tu semilla,
la raíz profunda se hundirá
y nacerá la flor del nuevo día.
A tus pies heridos llegarán,
las manos del humilde, llegarán
sembrando.
Tu muerte muchas vidas traerá,
y hacia donde tú ibas, todos marcharemos,
cantando.
no estas dormido, hermano, compañero.
Tu corazón oye brotar la primavera
que, como tú, soplando irán los vientos.
Ahí sembrado cara al sol,
la nueva tierra cubre tu semilla,
la raíz profunda se hundirá
y nacerá la flor del nuevo día.
A tus pies heridos llegarán,
las manos del humilde, llegarán
sembrando.
Tu muerte muchas vidas traerá,
y hacia donde tú ibas, todos marcharemos,
cantando.