Deseo hablar con mis hermanos de todo el mundo, o por
lo menos quisiera que así fuera, para que hablemos cosas muy importantes. Soñar
y soñar en lo infinito es un deleite muy sabroso. Soñar no cuesta nada. Miren
hermanos, yo los invito a que sigan mis pasos porque los quiero conducir por
caminos de verdad y de amor. No nos equivoquemos, solo hay un Dios dueño del
Cielo que nos puede llevar allá. ¿Habrá algún momento de la vida que no te
pertenezcamos Papá? Si lo hubiera yo no lo aceptaría porque mi entrega a Ti es
total. En los momentos de nuestra vida cuando empezamos a meditar en las
grandes cosas que nos esperan al llegar al más allá, nuestro corazón se llena
de paz y nuestro espíritu se remonta al Cielo. Ese lugar eterno que el Señor
nos regalo, nos hace cantar alegres como un ruiseñor. Soñar y soñar en lo
infinito es un deleite muy sabroso. Guárdanos Papá Dios como a la niña de tus
ojos. Soy un habitante cualquiera del terruñito que Tú elegiste para que
estuviéramos de paso.
Llévanos al Cielo para reposar en tus brazos benditos. Habitantes del planeta Tierra, llénense todos de amor para que volemos juntos como los ángeles del Señor. Soñar no cuesta nada, soñar con lo infinito no cuesta nada; así nos sentimos Papá Dios cuando estamos en tus brazos benditos. Al terminar esta jornada de la vida en grandes melodías de amor, queremos viajar todos junticos al regazo del Señor.
Cordialmente,
José
Joaquín Agudelo G.
Agosto 18,
2006
Nota del Escritor: Amigos anónimos del mundo esto es
para ustedes. Favor difundirlo entre tus amistades.
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