CONVENIO CON DIOS

Hola querida familia y amigos del Blog, ¿sabían ustedes que a Dios le gustan los pactos? Es por eso que El hizo pacto con Abraham, Noé, Moisés, Israel, y la Iglesia. Estos pactos fueron sellados con sangre. En la antigüedad fueron sellados con la sangre de un cordero limpio y sin defecto. El pacto con la Iglesia fue sellado con la sangre de JESUCRISTO. No olviden que la palabra pacto tiene varios sinónimos tales como alianza, acuerdo, contrato, arreglo, y convenio. ¿Por qué todo esto? Porque quiero contarles una anécdota o más bien un convenio que hice con Dios en la madrugada del día 11 de Noviembre del año 2014. Cuando tenemos insomnio o mejor dicho cuando no podemos dormir, debemos buscar a Dios y dialogar con El. Recuerden que hacer esto es lo mejor, en vez de ponernos a analizar los problemas y sinsabores de la vida cotidiana. Fue así que me puse hablar con Dios logrando el silencio de la noche, ya que a Él no le gusta el bullicio del mundo.

Entonces le dije que me perdonara mis pecados y el no saber orar como a Él le agrada ya que siempre le traigo una lista grande de mis dolencias y necesidades. Yo me atreví a decirle que hiciéramos más bien un convenio. El me contesto, listo ¿qué quieres? Yo le propuse: Señor, voy a tratar para no traerte una lista tan larga de necesidades ya que he pensado que basta que me aceptes 2 peticiones muy importantes para mí: Numero uno, un rinconcito o morada contigo allá en el Cielo. Número dos, que Tu me acompañes en todo instante de mi vida y me des apoyo, ayuda, y animo; así no tendría que preocuparme de nada, solo de adorarte y alabarte con canticos y oración siempre  en comunión permanente contigo Señor.  Les cuento que para mi asombro el Señor aprobó mi petición. ¿Cómo lo supe? Sencillo, porque en ese momento se lleno mi corazón de alegría y gozo, pero de ese gozo que el mundo no da. Luego le dije Señor, Tu sabes que la única ofrenda que tengo para que sellemos este convenio es mi corazón arrepentido y mis lagrimas. El acepto, me sonrió y se fue.

Ahora quiero hacerles a ustedes una sincera y bonita invitación: Ensayen en alguna noche de insomnio y entablen una conversación con el Señor JESUS pidiéndole lo que quieran, pero eso si con fe, sinceridad, y humildad. No olviden que Dios mira de lejos al altivo, pero da una gracia especial a los humildes. Entonces es así como Dios no solo acepta tu dialogo, sino también que te considera las peticiones de tu corazón. Cada vez que uno tiene un contacto especial de comunión con el Señor, sale lleno del amor de Dios. La evidencia de la presencia de Dios en nosotros y con nosotros es el AMOR ENTRE NOSOTROS porque el amor da vida a la vida. De nuevo, el Señor me sonrió y esa sonrisa me impacto de tal manera que puedo sonreír a mi prójimo, cualquiera que sea proyectando el amor de Dios. 

Con amor,

                   María Fanny Agudelo

                   11/12/14