EL AMOR DE DIOS

…de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.    Juan 3:16

Hola familia y amigos del Blog, hoy me he puesto a pensar que el amor y la misericordia de Dios para con sus hijos es tan grande y maravilloso que nos dijo antes de subir al Cielo: No os pongáis tristes porque me voy, iré a preparaos un lugar, una casa, una morada porque quiero que donde Yo estoy ustedes también estén. Tampoco quiero dejaros huérfanos, les mandaré el consolador, el Espíritu Santo para que los guie, los redarguya, los acompañe, los dirija y los consuele. Tengamos en cuenta que el Señor no miente. Todo lo que está escrito en la Palabra se va cumpliendo al pie de la letra y también sus promesas. Así que apoyémonos en ellas para no desesperarnos con tantos sinsabores en el paso por esta vida. ¿Saben ustedes por que JESUCRISTO sintió compasión de nosotros y nos mandó el Espíritu Santo? Porque El mismo sufrió mucho en el paso por esta tierra pues Dios lo mandó a morir por nuestros pecados y culpas y así librarnos de la condenación eterna. No crean que estas promesas que les acabo de mencionar son las únicas; hay muchas más que si nos apropiamos de ellas, tendremos esperanza y así podemos esperar con más tranquilidad la otra vida que es mucho más importante por ser eterna.

Les cuento que mis favoritas promesas de Dios las cuales están en Mateo 7:7-8, son las tres siguientes y yo los invito a apoyarse en ellas: 1) "Pedid y se os dará". Creo que si no le pedimos al que todo lo puede, no tenemos a dónde acudir. El apóstol Pedro dijo: Si te dejamos a Ti, ¿a quién iremos?  2) "Buscad y hallareis". Les aseguro que si no buscamos el rostro del Señor estamos muertos no corporalmente, sino espiritualmente. 3) "Tocad y se os abrirá". Estoy convencida de que el Señor está esperando que lo busquemos y le toquemos la puerta para con mucha alegría abrirnos. Recuerden, El también nos toca nuestro corazón y nos dice, si me abres, entraré y cenaré contigo (Apocalipsis 3:20). Si de veras sientes y tienes a Dios en tu corazón, entonces serás compasivo y siempre abierto a Dios.

Esta vida es pasajera y complicada, pero  si nos proponemos podemos empezar el Cielo en la tierra. Espero que no sólo le abras el corazón a Dios, sino que también lo busques diariamente. ¿No les parece que tenemos un Dios muy grande y maravilloso? Ahora te pido, o más bien te aconsejo que vivas con Dios en tu corazón porque así experimentarás una alegría muy grande y lo mejor es que el mundo no te la podrá arrebatar. ¿Aceptas mi consejo? 

     Con amor,

                             María Fanny Agudelo

                             03/15/15