Hola familia y amigos. Nos cogió la tarde. Qué frase tan dura! En algunos lugares también decimos: Nos cogió la noche o nos cogió la menguante. Alguien dijo: Aquí no hay viejos, sólo que nos cogió la noche. Claro que cargados de experiencias y esperando un lindo amanecer para así poder dar buenos consejos. No se nos olvide que los años arrugan la piel, pero la falta de Dios y el entusiasmo por vivir nos arruga el alma. Algún día entenderemos que la juventud y la belleza se van sin que nos demos cuenta de cuán pasajero y efímero es todo en esta vida. Además que la verdadera belleza está en tus
actos y en el amor que brindas y también en lo que dejas en el corazón de otros, pues así entenderemos lo que es ser un buen humano. Esto es lo que nos hace ser eternamente bellos y también darnos cuenta que hemos vivido más de los que nos queda ¡Qué bello ha sido vivirlo y sentirlo! Y también haber dado mucho amor y haberlo recibido, adquiriendo experiencias y aprendiendo paciencia. No importa la edad al saber que la belleza sale de un alma llena del amor y de perdón. Tampoco importa si somos viejos, pero tenemos vida y en cada experiencia nos llenamos de sabiduría. Qué honor haber sido y continuar siendo madre, esposa, hermana, abuela, bisabuela y amiga si aún nos queda mucho amor para regalar. Y lo mejor es que el amor nos llega sin exigir ni pedir ¡Qué maravillosa es esta etapa de la vida, ser como somos! ¡Qué lindo es seguir adelante con todo lo vivido y aprendiendo más!
Les cuento que la fe no es fuego que apaga, sino fuego que arde. La fe tampoco es un calmante para los estresados, sino una bonita historia para los que estamos enamorados del Señor. Envejecer es un privilegio, un arte, una bendición, y un regalo de la presencia de Dios. Sumar canas, arrancar hojas del calendario y cumplir años siempre debe ser un motivo de alegría en esta vida; y no todos tienen este privilegio de llegar a tan hermosa edad que es la vejez. En mi vejez no quiero parecer más joven, sólo quiero lucir muy contenta. Nos envejece más la cobardía y el estrés que el tiempo. El pasado se acepta, el presente se vive, no se discute, y el futuro se espera, pero confiando siempre y consultando con Dios. Todos queremos vivir largo tiempo, pero ninguno queremos envejecer. Recuerden que nunca se es demasiado viejo para amar y decir palabras amables. Aunque mi cuerpo y mi corazón desfallecen, Tú oh Dios mío eres la roca de mi corazón y mi porción para siempre (Salmo 73:26).
Por favor recuerda siempre que tú puedes existir sin amar, pero nunca puedes vivir sin amar. Envejecemos cuando dejamos de luchar, de amar, de aprender, y de amistar; y también cuando todo nos asusta y cuando nos cerramos a nuevas ideas y a cambios.
En este punto yo les quiero recomendar la lectura del Salmo 71. Quiero también que se lo aprendan porque es muy bonito, pues este es una oración de los ancianos. Que Dios sea la roca donde se apoya tu vida, la fuente donde bebes agua, la nube que cubre tu andar y la luz que alumbra tu camino.
Con amor,
María Fanny Agudelo
10/17/2022
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