Para todos los que me hayan leído los mensajes que escribí durante el año que termina, les entrego mi corazón y también el mensaje que escribo a continuación.
Papacito Dios no te puedo largar, mira que yo viajo contigo y no te puedo cambiar.
Al terminar el año Papa te quiero entregar unos mensajes de amor, o sea todo lo que Tu Señor pones en mi corazón.
Para uno hacer versitos hay pensar bonito, y de los pensamientos bonitos salen los versitos.
La persona mal encarada no podrá escribir, a no ser que derrame su ira también al papel.
Hoy es 26 de Diciembre y me parece todo tan especial, la naturaleza toda nos indica que es navidad.
Del divino niño ya celebramos su venida, pero un día la celebraremos por toda la vida.
Que detalles tan preciosos son los tiempos del Señor y nos gozamos con Él porque es nuestro gran amor.
Ya, ya Papa estoy sin corazón, porque Tú te lo llevaste mi
divino amor.
Amanecí hoy inspirado porque mi corazón siente el Espíritu Santo de Dios, o por lo menos una alegría inmensa que no puedo contener; no sé qué vas a hacer conmigo mi divino salvador.
Son cosas muy especiales las que yo quiero escribir hoy, del año que termina y del que va a empezar.
De todo nos deleitamos sin comprender y no sabemos que lo que nuestro corazón es.
Papacito Dios, deléitate con nosotros porque somos tu propiedad y deseamos estar en tus brazos divinos por la
eternidad.
Ya no más, Tú sabrás que haces conmigo porque no te puedo dejar y también a mis hermanos del mundo te los quiero encomendar. A ninguno deje coleado Papa Dios, es mi gran deseo que te quiero demandar.
Gracias muchas gracias Papacito Dios y sin ninguna duda esperamos tu bendición.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G.
Diciembre 26, 2007
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