Un soplo divino nos hace sentir en la Santa presencia de Señor nuestro Dios. Ni un paso atrás porque somos propiedad de EL y no permitiremos otro dueño. Te amamos Señor, así nos creaste todos querendones. Vamos para el Cielo y nada ni nadie nos harán cambiar este bello propósito porque no hay otro camino, no lo hay.
¡Te amamos Señor Amado, te amamos! Durante nuestra vida podemos hacer todo cuanto queramos, pero si obramos mal, a mal que nos va; atengámonos a las consecuencias. No te soltamos, no te soltamos Papa Dios. Gracias por concedernos el privilegio de llevarte dentro de nuestro corazón. Concédenos la gracia de nunca desmayar. Te amamos Señor, tu eres tan hermoso y tan bueno que no podemos buscar otro dueño, al Señor de la gloria y no más. Tú eres el único y poderoso dueño de nuestra vida. Deseamos con mucha alegría ese momento cuando nos encontremos con el Señor cara a cara. Por ello, Espíritu Santo de Dios avívate en mí porque quiero enloquecerme de dicha contigo Papa Dios. En lo que te haya ofendido te pido perdón Señor porque no quiero fallarte más. Deseo estar en tus brazos divinos por la eternidad. Pero sólo no, ya lo he manifestado muchas veces y hoy lo repito, que sea con multitudes que no se puedan contar por lo grande de su número. Gracias Padre Santo porque me regalas esta reflexión llena del infinito amor de Dios por mis semejantes. La salvación de todos ellos es el propósito de este mensaje. No te quedes amigo por favor.
Cordialmente
Su servidor, José J. Agudelo
Julio 9, 2011
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