Yo quiero hacer algo por la salvación de mis semejantes!
La salvación tiene que ver con el lugar donde vamos a estar por la eternidad. Consideremos por un momento qué es la eternidad. Por decir algo, cien mil millones de siglos no representan ni siquiera un segundo en la eternidad. Vale la pena hacer algo para que tengamos una eternidad en el Cielo, en los brazos del Señor. Amigo, no seas tonto, vayámonos para el Cielo; no lo cambiemos por nada porque la eternidad en el infierno quién la podría soportar; el solo pensar en ella da terror. Mira que mientras vivimos podemos irnos para donde queramos. No vayas a pensar otra cosa; dirijamos nuestros pensamientos hacia Dios. Amigo, ¿por qué te tienes que ir para el infierno por tu propio gusto? Acuérdate que el Señor pago la deuda contraída por nuestros pecados. Lo único que tenemos que hacer es acogernos a esa redención bendita. Encarguemos a JESUCRISTO de ese asunto, pues lo que soy yo te arranco hasta Tu mano divina y no Te la suelto Papa Dios. Quiero seguirte y entregarte toda mi vida, no me la rechaces porque es con mucha sinceridad y amor. Yo se que me acoges como tu hijo. Te necesitamos Papa como la niña de nuestros ojos, te necesitamos.
La salvación tiene que ver con el lugar donde vamos a estar por la eternidad. Consideremos por un momento qué es la eternidad. Por decir algo, cien mil millones de siglos no representan ni siquiera un segundo en la eternidad. Vale la pena hacer algo para que tengamos una eternidad en el Cielo, en los brazos del Señor. Amigo, no seas tonto, vayámonos para el Cielo; no lo cambiemos por nada porque la eternidad en el infierno quién la podría soportar; el solo pensar en ella da terror. Mira que mientras vivimos podemos irnos para donde queramos. No vayas a pensar otra cosa; dirijamos nuestros pensamientos hacia Dios. Amigo, ¿por qué te tienes que ir para el infierno por tu propio gusto? Acuérdate que el Señor pago la deuda contraída por nuestros pecados. Lo único que tenemos que hacer es acogernos a esa redención bendita. Encarguemos a JESUCRISTO de ese asunto, pues lo que soy yo te arranco hasta Tu mano divina y no Te la suelto Papa Dios. Quiero seguirte y entregarte toda mi vida, no me la rechaces porque es con mucha sinceridad y amor. Yo se que me acoges como tu hijo. Te necesitamos Papa como la niña de nuestros ojos, te necesitamos.
Amigos de la Patagonia o de lejanas o cercanas tierras, o de cualquier lugar que sea, el Señor nos tiene un lugar reservado para llevarnos allá a todos los que le amamos. Algunos dirían: mi religión no me lo permite. Falso, falso, las religiones no salvan, el único Salvador de la humanidad se llama JESUCRISTO. Acude al Señor porque El no rechaza a nadie.
Cordialmente,
su servidor, José J. Agudelo
Julio 1, 2011
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