Soy una unidad
de la manada de tu rebaño,
ansioso por contemplar
las moradas de lo eterno.
Me rindo ante tu presencia divina,
lleno de amor y esperanza,
muy feliz con Vos, nuestro dueño divino,
porque todo es encanto y ternura,
en las moradas divinas
de nuestro Dios y Señor.
La decisión que tomemos hoy, determinará nuestro destino eterno. Qué bueno que todos comprendiéramos esto, para así librarnos de un juicio tremendo!
Levantemos la banderita con amor,
para hacer lo que le agrada al Señor.
Es la bandera de la justicia y también de la piedad,
nosotros queremos irnos con el Señor, no faltaría más.
Me rindo ante tu majestad divina;
al terminar la jornada
con el Señor somos felices,
porque siempre la llevamos ganada.
Hagamos algo más,
no nos crucemos de brazos;
mientras disfrutamos de la vida,
anhelamos tu regazo.
Papá Dios, no te enojes con nosotros,
no te lo permitimos,
porque tus criaturas
te reclamamos tu amor Divino.
Somos como niños inocentes
llenos de contemplaciones,
vayámonos con el Señor,
aunque no veamos razones.
No te soltamos Papá,
Tú eres nuestro dueño bendito;
quisiéramos que fuera ya,
un viaje entre ensueños y canciones.
Con nuestro Señor es todo una fiesta, el gozo nos inunda y nos coloca en dirección inversa a los placeres del mundo.
José J. Agudelo G. Agosto de 2006.
Amigos: Si te agrada el mensaje, te agradecería que lo retransmitieras. Muchas gracias.
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