Abre mi boca Padre y con delicia cantare tus alabanzas. Hoy te quiero entregar todo mi corazón Papa Dios. Que este yo siempre en tu santa presencia y contemplar tu hermosura pura. Eso lo anhelo con todo mi corazón y no me puedo callar. No hay manera alguna que mientras yo viva pueda hacer otra cosa mejor. Tú eres mi Dios y mi único refugio, Tú eres mi única esperanza OH Señor. Espero que me lleves a tu dulce compañía en la vida sin fin. Pero no me canso Papa Dios de pedirte el poder llegar a tu santa presencia con un viajado de almas que no se puedan ni contar. No, no Señor, por ningún motivo quiero olvidarme de ese encarguito sagrado y bendito porque ese si llena mi corazón de alegría, de gozo y de paz. Estos momentos de vida son preciosos Papa Dios cuando contemplo la eternidad. Y al terminarse la vida estaremos cara a cara con nuestro Dios, ¿habrá dicha mejor? Es imposible anhelar mas! Por eso hermanos muy queridos, nos vamos todos juntitos a la patria Celestial, a las hermosuras de Dios porque no hay nada igual. Quedan pues invitados todos, todos sin faltar ninguno. Que fácil es! No es sino querer. No me canso de convidarte amigo querido a través de este blog porque una eternidad sin Dios no se puede imaginar, ni siquiera pensar semejante atrocidad. Vámonos con el Señor que no hay dicha igual y recuerda que El es el único que paga muy bien. No quiero alargarme más, pero tú ya conoces Señor mi deseo. Abre mi boca Padre y con delicia cantare tus alabanzas! Tú ya conoces Señor mi deseo: Irme con vos Papa Dios para tu Reino, pero con multitudes que no se puedan ni contar. Querido lector, ¿estarás tú entre esas multitudes?
Cordialmente,
Jose J. Agudelo
Nov. 2, 2011