“El temor de Dios aumentara los días; mas los años de los
impíos serán acortados.” Proverbios 10:27
La próxima reflexión son algunos extractos de una información que llego a mi correo electrónico acerca de la vejez y que deseo compartir con mis queridos lectores de este Blog.
No Habrá fuerza capaz de detener a quien sueña, a quien construye aun sobre las cenizas, a quien ama, a quien espera de la vida una oportunidad mas, a quien no olvida que el tiempo paso, paso, y paso, pero no se llevo consigo tu corazón. Pero, ¿qué es la madurez? Es el arte de vivir en paz con lo que es imposible cambiar. Los ancianos llegamos a la cima de la madurez. El arte de envejecer consiste en conservar siempre la esperanza pase lo que pase. Cuando envejecemos, la belleza se convierte en cualidad interior. Para casi todo el mundo la vejez es invierno, pero para el sabio es la estación de cosecha. Hay que estar agradecidos con Dios por la edad que vamos aumentando, pues la vejez es el precio de estar vivos. Nos encantan las catedrales antiguas, los finos y viejos muebles, las monedas del pasado, las hermosas pinturas de la antigüedad, y algunos viejos e interesantes libros, pero nos hemos olvidado por completo del enorme valor de los ancianos. Por favor no olvidemos que Goethe concluyo a Fausto a los 82 años. Tiziano pinto obras maestras a los 98 años. Edison trabajaba en su laboratorio a los 83 años. Tascanin dirigió orquestas a los 87 años. Benjamin Franklin contribuyo a redactar la constitución de los Estados Unidos a los 81 años. El venezolano Jacinto Convit esta trabajando en su laboratorio a favor de una vacuna contra el cáncer a los 96 años. El colombiano José J. Agudelo esta escribiendo por Internet mensajes de esperanza para la humanidad a los 94 años. Y cuantos mas ancianos podríamos mencionar y seguramente la lista se nos alargaría.
Los ancianos tenemos la obligación moral de cuidar continuamente nuestro testimonio para que todos aquellos que nos vean o nos escuchen, reciban la influencia de nuestro estilo de vida y se sientan atraídos por nuestra vida honesta. Pero esto solo es posible con JESUCRISTO en nuestro corazón. Con El podemos brillar de tal manera que nos quieran mirar y recibir de nosotros el consejo de Dios. Una buena vejez es una oportunidad que hay que aprovechar! No importa la edad, comienza a brillar hasta tu ancianidad. ¿Ya comenzaste a brillar con la luz de Cristo?
Con amor,
María F. Agudelo
10/30/11
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