Vuestro atavió
no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos
lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu
afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios (1Pedro
3:3-4)
Amigos muy
queridos del Blog, el pasado 8 de Marzo celebramos el día Internacional de la
MUJER y aunque un poco tarde quiero compartir con todos ustedes una reflexión
muy sabia de Nancy Leigh de Moss. Aqui va un resumen:
La moda es importante para todos especialmente para las mujeres. Todas nos ponemos ropa a diario, tomamos decisiones acerca de nuestro vestuario, empleamos tiempo y dinero en ello.
Alguna vez
se ha preguntado ¿por qué tenemos que usar ropa? Les cuento que nuestro diseñador
no es otro, sino el mismo Creador del Universo. Fue a EL a quien se le ocurrió
la idea de la ropa.
Dios hizo al primer hombre y a la primera mujer sin ropa, pero ninguno de los
dos sentía vergüenza (Génesis 2:25). Antes de que Adán y Eva pecaran
no había ropa, no había vergüenza ni culpa, no había barreras en su relación
con Dios ni entre ellos, ¿por qué? Porque no había pecado.
Todo cambio cuando Adán y Eva decidieron hacerlo a su manera.
En el momento en que comieron del fruto prohibido experimentaron vergüenza y pudor. En ese momento se les abrieron los ojos y tomaron conciencia de su desnudez (Génesis 3:7). Ellos por primera vez en su vida sintieron la vergüenza y la culpa que son fruto del pecado. Entonces Adán y Eva de inmediato trataron de encontrar la forma de cubrir su desnudez y vergüenza, pero no pidieron consejo a Dios en cuanto como vestirse. Más bien idearon su propio plan: Cogieron hojas de higuera para cubrir sus partes íntimas, pero pronto ellos se dieron cuenta de que estas hojas no les resolvía su problema y se escondieron.
En el momento en que comieron del fruto prohibido experimentaron vergüenza y pudor. En ese momento se les abrieron los ojos y tomaron conciencia de su desnudez (Génesis 3:7). Ellos por primera vez en su vida sintieron la vergüenza y la culpa que son fruto del pecado. Entonces Adán y Eva de inmediato trataron de encontrar la forma de cubrir su desnudez y vergüenza, pero no pidieron consejo a Dios en cuanto como vestirse. Más bien idearon su propio plan: Cogieron hojas de higuera para cubrir sus partes íntimas, pero pronto ellos se dieron cuenta de que estas hojas no les resolvía su problema y se escondieron.
Dios llamo al hombre y le dijo, ¿dónde estás? (Génesis 3:9). Observen que no
fue Dios el primero en plantear la cuestión de la falta de ropa. Y contesto Adán:
Te escuche en el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo (Génesis 3:10).
La respuesta de Dios demuestra que EL no consideraba que su desnudez fuera el
problema principal, ¿quién te ha dicho que estas desnudo? ¿Acaso has comido del
fruto del árbol que te prohibí? Observen que la principal preocupación de Adán
y Eva era su desnudez, pero la de Dios era que ellos habían desobedecido y
que su relación con EL se había roto. A ellos les preocupaba su apariencia
exterior, en cambio a Dios le preocupaba sus corazones.
Al principio Dios hablo con ellos acerca de la raíz del asunto que era su pecado y las consecuencias. Toco el tema de la relación rota, les dio el evangelio y la promesa de una solución para su pecado. Y luego volvió a hablarles de su ropa con mucho amor. Dios hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer y los vistió (Génesis 3:21) y les dijo he aquí mi provisión para su desnudez, pero a su manera las cosas no van a funcionar; tienen que hacerlo “a mi manera”
La idea de Adán y Eva sobre la ropa era muy diferente a la de Dios porque Adán
y Eva querían cubrir solo las partes íntimas, en cambio Dios quería cubrir su
cuerpo. No olviden que conscientes o inconscientes nuestra apariencia
externa comunica un mensaje a quienes nos rodean. La filosofía de Dios es:
‘la mejor belleza es la interna’,
‘su cuerpo es templo del Espíritu Santo’.
YO forme tu cuerpo por lo tanto me pertenece.
El propósito de la ropa es vestir o cubrir tu cuerpo. Su hermosura debe ser para la gloria de Dios; úselo para edificar, proteger y fortalecer a los demás. Aunque no lo creas lo que pones en tu cuerpo puede causar un efecto importante en la mente de otros. Así que pregúntate: ¿Soy un reflejo de la filosofía del mundo o de la filosofía de Dios? Pídale a Dios ayuda para poder vestirse y comunicarse con los demás con comportamiento recatado ya que esto es bueno y agradable delante de Dios y delante de los hombres.
¡Glorifica a
Dios con tu manera de vestirte!
Con
amor,
María Fanny Agudelo
03/15/14
www.holdingheaven.blogspot.com
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