Esto es una exhortación para disfrutar de los mejores
años de nuestra existencia. Indudablemente la juventud es una edad floreciente
y recordada con nostalgia. Es una breve época inolvidable, romántica, vibrante,
emotiva y feliz. Es una dichosa etapa creadora y vigorosa en la que todo es
fresco y novedoso como una nube en el firmamento con color de rosa. Pero hay
que reconocer que esa misma juventud tan alabada y suspirada, es también una
época llena de luchas, preocupaciones y nunca exenta de incertidumbres, celos,
zozobras, temores, competencias, rivalidades y ansiedades. Es como una regata
en la cual hay que estar compitiendo para lograr un ansiado trofeo y para saber
que ese trofeo es pasajero, efímero, se oxida, se acaba. Es por esto que
debemos luchar por el trofeo verdadero que es la vida eterna en el Cielo. Allá
disfrutaremos de una dicha sin fin, mientras que en esta vida las alegrías son
pasajeras.
No sabemos con exactitud cuando llegamos a cierto punto impreciso de la vida; ese lapso en que todo aminora su marcha deteniéndose y posándose suavemente y sin prisa dentro de nosotros mismos. La madurez no es exactamente el medio día de la vida, ni la tarde, ni la noche. La madurez es ese impreciso
momento que llega sigiloso con las primeras horas del día abarcando esos instantes brumosos y volátiles que se disuelven poco a poco al ser tocados por los emergentes rayos del sol. Al llegar a la madurez cesan las dudas y las incertidumbres. No olvides que la madurez es el arte de vivir en paz con lo que es imposible cambiar. El tesoro de la juventud se va para no volver. Nuestra edad es suficiente justificación para mantenernos al margen aunque sin desentendernos de lo básico y esencial y así llegamos a la meta final. Definitivamente lo que íbamos a ser ya lo somos, y lo que no íbamos a ser, ya no lo fuimos ni lo seremos. Entonces, ¿para qué preocuparnos? Hoy es aquel futuro del cual estábamos temerosos ayer. Después de todo, aquí estamos, el futuro ya está aquí.
No sabemos con exactitud cuando llegamos a cierto punto impreciso de la vida; ese lapso en que todo aminora su marcha deteniéndose y posándose suavemente y sin prisa dentro de nosotros mismos. La madurez no es exactamente el medio día de la vida, ni la tarde, ni la noche. La madurez es ese impreciso
momento que llega sigiloso con las primeras horas del día abarcando esos instantes brumosos y volátiles que se disuelven poco a poco al ser tocados por los emergentes rayos del sol. Al llegar a la madurez cesan las dudas y las incertidumbres. No olvides que la madurez es el arte de vivir en paz con lo que es imposible cambiar. El tesoro de la juventud se va para no volver. Nuestra edad es suficiente justificación para mantenernos al margen aunque sin desentendernos de lo básico y esencial y así llegamos a la meta final. Definitivamente lo que íbamos a ser ya lo somos, y lo que no íbamos a ser, ya no lo fuimos ni lo seremos. Entonces, ¿para qué preocuparnos? Hoy es aquel futuro del cual estábamos temerosos ayer. Después de todo, aquí estamos, el futuro ya está aquí.
Yo he vivido 80 otoños y me siento feliz de este
tiempo que me ha concedido mi Señor. La juventud se me escapo, la madurez está
terminando, y estoy entrando a una nueva etapa dorada ¡Gracias Señor por esta
oportunidad! Y tú amigo, ¿en qué época de la vida te encuentras? Sea cual sea, conságrala
a JESUCRISTO.
Con amor,
María
Fanny Agudelo
02/28/14
www.holdingheaven.blogspot.com
Querida Mama, tienes toda la razón en tu ultimo articulo de tu blog, los seres humanos desde que nacemos pasamos por diferentes etapas en la vida y en cada una debemos de aprovecharla y disfrutarla al máximo, con el paso de los años y la vejes nos hacemos más universales y miramos la vida con mas madures y claridad. el futuro es hoy, fruto de nuestro pasado
ReplyDeletecon amor eterno,
Alonso
Mami que realidad de escrito. Todo pasa, pero Cristo permanece. El Salmo 23:6 lo podemos declarar: ...Ciertamente el bien y la misericordia me guiará todos los dias de mi vida, y en la casa de Jehová miraré por largos dias. Mama eres un regalo de Dios para nuestras vidas!! Con amor eterno! Gloria
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