Audiencia pura y linda, quienes leen estos mensajes de amor y que a la vez lo reenvían para que otros hagan lo mismo, y así sucesivamente hasta que lleguemos al Cielo, la mansión de amor. Ni un paso atrás, los que estamos con esta tarea de Dios porque todos estamos llamados a compartir el Evangelio de JESUCRISTO y cualquier cosa que hagamos no volverá vacía a nosotros.
Para todos los que creemos en Dios, no encontraremos dicha más grande que invocar el Nombre del Senor. Hermanos del mundo no nos quedemos callados, vayámonos con el Senor que es mucho mejor.
El bullicio del mundo no te puede turbar, vayámonos con el Senor a la patria celestial. Tus criaturas, oh Dios, somos tus preciosos invitados que necesita el Senor. Dentro de un coro de ángeles queremos vivir, llévanos al Cielo a esa mansión celestial; no es raro que ocurra eso porque somos tus criaturas que te queremos adorar. Como el sol resplandece en el claro cielo, así resplandecerán nuestras vidas con el sol de la eternidad. Dentro de un coro de ángeles celestiales queremos vivir, junto con los bienaventurados para darle la gloria a Dios y no queremos otra cosa sino la gloria del Senor. Queremos vivir la vida con gran ternura y amor, entregándole a nuestro Padre lo único que tenemos, el corazón.
Quiero terminar como empecé, diciéndote que por favor reenvía estos mensajes para que otros los lean también; ese es nuestro gran anhelo en los campos del amor. Muchas gracias gente linda y hasta pronto.
Cordialmente,
José Joaquín Agudelo G
Noviembre 16, 2007
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