Quiero comenzar hoy con el mismo tema de siempre, la eternidad. Si cada cien mil millones de siglos elevados a la novena potencia se le sacara una gótica de agua al océano, llegaría a secarse y ese tiempo no es eterno. Pasado ese tiempo tu existes y yo también, por eso no me canso de repetirles que cada uno de los seres humanos somos eternos, así nos hizo nuestro Creador. Pero no hablemos más de esto por hoy, consideremos el tema acerca de que solo hay dos lugares para pasar el más allá: Cielo o infierno. La Palabra de Dios (La Biblia) nos cuenta que no tenemos sino solo dos lugares para vivir en la eternidad, con Dios o sin Dios. Muy amado amigo, ¿Cuál tu quieres escoger? Yo te aconsejo que nos vayamos para el Cielo porque lo tenemos a la mano, no es sino querer. El Señor ya pago toda la deuda contraída por nuestros pecados, pero El no nos lleva a Su Reino a las malas. El nos da libre escogencia, es decir deja a la voluntad de sus criaturas dar el si o el no. Si el Señor de todas maneras nos llevara a su Reino a las malas, entonces el Cielo seria una mazmorra espantosa; pero esto claramente no es así. El Cielo es para los que desde esta vida nos dejamos llevar por el Señor JESUCRISTO y hacemos su santa Voluntad, es decir vivimos en santa gracia de Dios. Logremos todo momentito de nuestra vida en su santísima presencia dando gracias y bendiciones hasta más no poder. Ratitos preciosos que no nos gusta perder, sino aprovecharlos al máximo. Lo que siembres ahora vas a recoger después. De este tema no es la primera vez que escribo porque es de una importancia muy grande, ¿Qué mas podemos anhelar los que hoy vivimos? ¡Salvación, salvación, salvación! La misma creación gime por salvación. No me quiero alargar más, pero mi anhelo es que no se me vaya a quedar ninguno. No faltaría más que por falta de información te fueras a perder. No, de ninguna manera esto suceda. Nos vamos todos con Vos Papa Dios. Yo te doy mi corazón, pero llévatelo completito y no dejes nada porque yo te amo mi Señor. Gracias, muchas gracias mi Señor. Ahora querido amigo, has tú lo mismo con tu corazón y veras la gloria de Dios.
Cordialmente
Su servidor,
Jose J. Agudelo
Enero 15, 2012
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