Estamos en tu santa presencia Papá Dios. Guárdanos como la niña de tus ojos y cúbrenos con la majestad divina de tu amor. Habrá una dicha más grande saber que el cielo nos corresponde y que nada ni nadie nos podrá arrebatar esta posesión divina. No la podemos cambiar por todo el oro del mundo; es una riqueza sin límites. Tiene un valor infinito.
De donde sacaste esa idea tan bella, cual es llenar el cielo con almas puras que Tú preparaste desde la eternidad.
Como se te ocurrió eso tan bonito de que hubiera seres semejantes a los ángeles en tu compañía celestial.
De donde sacaste tan bella idea de crearme a mí y a todos los que te seguimos con gran locura de amor, que no nos aguantamos y como locos marchamos por el mundo desesperados para alcanzar las delicias del Señor.
Aleluya, aleluya Señor, ya te agarramos Papá y no te soltamos hasta que nos lleves allá.
Ese negocito de arriba, donde Tú estas, lo aceptamos con alegría porque es un bello regalo que Tú nos das. Así lo consideramos porque es una hermosura donde Tú nos vas a llevar.
José J. Agudelo G.
Agosto de 2006.
Amigos anónimos, como te agradecería que lo compartieras con tus bellas amistades. Muchas gracias.
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