I
Como te amo Señor,
no cabe duda,
es admirable contemplar
tu infinita ternura.
II
Tú eres nuestro Rey bendito,
no lo podemos dudar.
Guárdanos Señor
porque no queremos descansar.
III
El sol de la mañana
que bonito está.
Ayúdanos Señor
porque contigo nos queremos gozar.
IV
Que hermoso está el cielo,
cuando el sol declina,
lleva nuestros pensamientos
a algo que nos fascina.
V
Y cuando la noche llega,
nos vamos a descansar,
disfrutando las delicias
de un tierno hogar.
VI
El recuerdo de lo divino,
de un Dios que nunca podemos negar.
Sigámoslo a Él
por una eternidad.
VII
Qué amigo tan precioso
es el Señor;
Entreguémosle a Él
todo nuestro corazón.
VIII
Deseo Señor
hacer tu voluntad
y entregarte mi corazón
en una bella melodía de amor.
IX
Porque tu eres el dueño del cielo
donde nos vas a llevar;
glorifícate Padre,
porque no te vamos a dejar.
X
Este es el último versito
que te escribo Papá.
Nuestra gran alegría
es porque vamos a estar contigo allá.
Continua el mensaje
electrónicamente
con tus amistades.
Gracias.
José J. Agudelo G. Junio 19 del 2006.
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