Oyeme, tú que lees estas palabras. Si supieras cuán fácil es alcanzar la salvación. Porque la salvación ya fue conseguida y su costo fue la sangre derramada por Jesús, lo que ocurrió sólo una vez, para la redención del mundo, y en ese mundo estamos tú y yo. ¿No te parece bueno?
Jesús amado, ya nos conseguiste el cielo y si no te lo aceptamos, Tú Señor no tienes la culpa. Si hacemos mal uso de la libertad que nos regalaste, ya eso es cosa nuestra.
Mira Dios desde los cielos para ver si hay un cuerdo que busque a Dios (Salmo 53:2). Si te gustan los buenos negocios, no hay otro mejor. Si quieres y me puedes escuchar te convendría. Piénsalo, todavía es tiempo. Estamos en la hora de la misericordia, que dura solamente mientras dure la vida, la cual puede terminar en cualquier momento, esto no esta bajo nuestro control. Ese es el riesgo.
Acordémonos que Cristo dijo que al cielo sólo llegan los humildes, los que son como los niños o se parecen a los niños. Gracias Señor porque nos muestras el camino.
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